Son una de las señas de identidad de Mijas y, además, un atractivo turístico para los visitantes de la localidad de la Costa del Sol. Sin embargo, desde hace tres años, el Partido Animalista (Pacma) lucha por acabar con los burro-taxis y con el "sufrimiento" de los animales que, aseguran, no descansan ningún día del año, permanecen de pie 24 horas al día y no tienen dónde tumbarse.

Pacma documentó en 2015 la insoportable explotación a la que son sometidos los burros, que permanecen atados las 24 horas del día. Durante el horario laboral, mientras esperan a los clientes, incluso durante horas, los burros están atados a estructuras metálicas instaladas en las paradas, por cuerdas inferiores a 20 centímetros de largo, y, en muchos casos, directamente de la cabezada a la citada estructura. "No tienen ningún tipo de libertad de movimiento y no pueden desarrollar de ninguna forma sus necesidades fisiológicas", lamentan los animalistas.

Durante la noche, duermen atados en pequeñas cuadras (hasta ocho animales en apenas 14 metros cuadrados), con cuerdas de menos de 40 centímetros, lo que sólo les permite comer y beber, sin poder moverse ni tumbarse.

La tragedia de los burritos de Mijas from PACMA TV on Vimeo.

El Partido Animalista ha intentado reunirse con el Ayuntamiento de Mijas, pero este se ha negado a recibir a representantes del partido, a pesar de la advertencia de ilegalidad sobre esta práctica, y continúa insistiendo en la necesidad de prohibir los burro-taxis de Mijas. Exige, por último, el compromiso del Consistorio y la actuación del Seprona para aplicar de forma rigurosa la legislación que este servicio vulnera: concretamente la Ley 11/2003, de 24 de noviembre, de protección de los animales de Andalucía, además de la Ordenanza Reguladora de burro-taxis, burro-carros y coches de caballos en el término municipal de Mijas.