Diecinueve meses ha durado la fuga de Antonio Tejón El Castaña, considerado junto a su hermano Francisco como uno de los narcos más poderosos del Campo de Gibraltar y, por tanto, uno de los responsables de la alarma social que se vive en la comarca ante la impunidad con la que los traficantes de droga actúan en esta zona de Cádiz. A su clan se le atribuye, por ejemplo, el escandaloso episodio en el que varios de sus miembros asaltaron el hospital de La Línea de la Concepción para liberar a uno de sus integrantes que se encontraba ingresado bajo custodia policial. Sin embargo, se le investiga por su capacidad de culminar en ese municipio más de 70 alijos de no menos de 2.000 kilos cada uno durante el verano de 2016 y otros 50 en el del pasado año. Los investigadores de la Policía Nacional hablan de «monopolio» y calculan que podrían haber amasado entre 20 y 30 millones de euros, muchos de los cuales habrían llegado a sus manos dando salida al hachís a través de otros grupos asentados en la provincia de Málaga. Según fuentes cercanas a la investigación, alrededor del 90% del hachís que Los Castañas traen de Marruecos se negocia o distribuye por organizaciones asentadas en la Costal del Sol Occidental y Sotogrande (Cádiz).

Fugados

Los hermanos Tejón y algunos de sus principales colaboradores eludieron el duro golpe que la organización sufrió a finales de 2016 porque en el momento de la intervención policial se encontraban realizando un porte de droga. El dispositivo sumó más de 150 agentes y permitió detener en Cádiz y Marruecos a 30 miembros del grupo, además de intervenir una tonelada de hachís, 350.000 euros en efectivo, 16 vehículos, tres embarcaciones semirrígidas, varias armas de fuego, 17 inmuebles por valor de tres millones de euros. Desde entonces han vivido como ratas para evitar ser localizados por la Policía Nacional, cuyos agentes no les han dado un respiro. Si a Francisco se le sigue buscando, a Antonio se le acabó el carrete hace dos noches en una casa del centro de La Línea de la Concepción, donde fue arrestado tras una megaoperación con varios frentes. Por un lado, el operativo tenía que evitar que escapara como ha hecho en los últimos meses a través de los tejados, callejuelas y viviendas que tan bien conoce. Por otro, había que amortiguar posibles levantamientos populares en una zona en la que Los Castañas cuentan con muchos simpatizantes y colaboradores.

Atrás quedan arriesgadas vigilancias policiales y algunas intervenciones cuyo objetivo era levantar la perdiz para saber si estaba en esa zona de La Línea donde tanto iba a visitarle su pareja. O en otra vivienda de la avenida del Mediterráneo en la que se reunía con su hermano para trabajar. La investigación, realizada por el Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) de la Costa del Sol, la Udyco de La Línea de la Concepción y Vigilancia Aduanera, culminó en una vivienda del centro.