El hombre acusado de ser un sicario y haber asesinado a Gary Hutch en 2015 en el contexto de un enfrentamiento entre organizaciones de carácter criminal que operaban a nivel internacional, los Kinahan y los Hutch, y que ha supuesto varias muertes tanto en nuestro país como en el extranjero, negó ayer los hechos.

Durante su declaración, el procesado, que se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable, negó haber matado a la víctima y aseguró a los miembros del Tribunal de Jurado que el día del crimen estaba con resaca y con una prostituta en la cama. Relató que conocía a la víctima del gimnasio donde practicaban boxeo, pero que no eran grandes amigos y que no tenía ningún problema con él.

Toda la mañana hubo fuertes medidas de seguridad en las dependencias judiciales y el procesado estuvo custodiado durante toda su comparecencia por cuatro agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, además de policías de paisano. El público que quiso entrar a la vista oral tuvo que pasar un control de la Guardia Civil.

El presunto sicario, de nacionalidad irlandesa, dijo que no residía en España y que se dedicaba a viajar por diferentes países contratando mesas en club y cruceros, una actividad en la que siempre cobraba en metálico y nunca declaró el dinero que ganaba. Explicó que dos días antes del crimen, regresó a España para asistir a una boda, y que el día que ocurrieron los hechos estaba en la cama con resaca y con una prostituta. El abogado defensor pidió la libre absolución de su cliente y lamentó que el fiscal haya pedido prisión permanente revisable ya que, a su entender, lo que está solicitando es «prisión perpetua de manera edulcorada».

En el relato acusatorio, al que ha tenido acceso Efe, se destaca que el procesado actuó al servicio de una de las referidas organizaciones y que ostentaba un elevado nivel de vida en nuestro país disfrutando de viviendas de lujo, coches de alta gama y múltiples viajes al extranjero, entre ellos a Dubai o Tailandia. Según las pesquisas, el acusado, en prisión desde septiembre de 2016, llegó a adquirir una embarcación valorada en más de 100.000 euros pese a carecer de trabajo o medios de vida conocidos.

Tras recibir de personas desconocidas el encargo de acabar con la vida de la víctima, el encausado se dirigió el 24 de septiembre de 2015 en compañía de otra u otras personas, cuya identidad no ha quedado acreditada, al domicilio de la misma, en Mijas Costa. Una vez allí, mientras su acompañante o acompañantes aguardaban en el interior de un vehículo (que había sido sustraído días antes), el acusado accedió al interior del recinto residencial donde, tras sustituir la gorra que portaba inicialmente por un pasamontañas para evitar ser reconocido, cogió dos armas. El acusado esperó a su víctima en la zona del aparcamiento comunitario y cuando el hombre se aproximó a su vehículo comenzó a dispararle.

La víctima pudo huir a la carrera hacia el interior de la zona comunitaria pero el acusado lo persiguió y efectuó más de quince disparos, y al final le dio alcance y disparó dos veces en la cabeza a una distancia corta, lo que le causó la muerte inmediata. Además del delito de asesinato, el acusado se enfrenta a un delito de tenencia ilícita de armas, ya que en un registro se le intervino un arma de fuego pese a carecer de licencia.