Un fugitivo que se encontraba huido de la Justicia desde junio de 2010, cuando fue condenado a diecisiete años de prisión por abusar sexualmente de dos de sus tres hijos, de 8 y 9 años, ha sido detenido por la Policía en la localidad malagueña de Estepona.

El arrestado extremaba las precauciones para no ser localizado y burlar la orden de detención que tenía dictada, ha informado hoy la Policía en un comunicado.

Además, recibía ayuda por parte de algunos de sus allegados e incluso había llegado a quemarse las yemas de sus dedos con el fin de alterar sus huellas dactilares y dificultar su identificación en caso de ser detenido.

Los hechos por los que era buscado sucedieron a finales de 2005 y principios de 2006, cuando el fugado tenía en su casa a sus dos pequeños y aprovechaba el momento en el que los bañaba o en el que dormían para abusar sexualmente de ellos.

Cuando la madre se enteró de lo ocurrido lo denunció y, al ser condenado a diecisiete años de prisión, el individuo desapareció de su residencia habitual sin dejar rastro de su paradero.

Los investigadores barajaron la hipótesis de que pudiera estar escondido en Portugal, por lo que solicitaron información a la Policía del país vecino, a través de la red ENFAST (Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos), sin encontrar ningún indicio de que el fugitivo se encontrase en territorio luso.

Otra de las líneas de investigación apuntaba a que el prófugo se hubiese escondido en alguna localidad de la Costa del Sol, ya que allí residía su pareja actual, por lo que se desplegó un amplio dispositivo para su localización.

Además, los agentes constataron que varios allegados colaboraban con él y le hacían llegar la pensión por jubilación que recibía para asegurarle su sustento y mantener el anonimato.

Finalmente, y gracias a las gestiones llevadas a cabo por los policías, el fugitivo pudo ser localizado en Estepona, donde vivía escondido bajo la identidad de su propio hermano.