La Virgen del Carmen trasciende lo religioso y permea en el tejido social y personal, en la emoción de los pueblos. No podría ser de otra forma en una provincia como la nuestra, bañada por el mar. Así que la tarde y la noche de ayer la Estrella de los Mares, reinó a lo largo y ancho de la geografía malagueña, desde Rincón hasta Nerja, pasando por Fuengirola, Torremolinos , Vélez-Málaga, Benalmádena... Un año más, la Estrella de los Mares, «causa de nuestra alegría», como rezaba la pancarta de la procesión torreña.