Luz al final del túnel. El adiós a uno de los puntos más negros de la red viaria de la Costa del Sol está a partir de hoy algo más cerca. Al menos eso se desprende del encuentro que ayer celebró en Madrid el alcalde de Benalmádena, el socialista Víctor Navas, con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Las obras del famoso kilómetro 222 de la A-7 «marchan a buen ritmo», de manera que podrían estar terminadas en un plazo máximo de 24 meses, en octubre de 2020.

Ábalos confirmó los plazos que la Dirección General de Carreteras maneja «para adelantar la puesta en servicio de este acceso, lo que constituye una gran noticia para Benalmádena», agregó el propio regidor benalmadense.

A la reunión asistió además, por parte del Consistorio, la edil Encarnación Cortés. Otros representantes políticos que participaron en el encuentro fueron los diputados socialistas Miguel Ángel Heredia, Begoña Tundidor y José Andrés Torres Mora.

Navas remarcó que los 51 meses que tenía previstos el anterior gobierno del PP eran «una barbaridad para una obra con un presupuesto relativamente pequeño, como son 10 millones de euros». Expresó que era necesario esa reducción de estos plazos, porque se trata de una obra «esencial para el desarrollo de este municipio y del resto de la Costa del Sol».

«Los constantes atascos en este punto negro constituyen un grave obstáculo para el desarrollo y progreso de Benalmádena», matizó el propio Navas. Heredia agregó que la gestión del PP no pudo ser peor, «a pesar de las promesas, anuncios e incluso carteles en campaña electoral que se pusieron, la realidad es que en siete años del Partido Popular la inversión no ha llegado ni siquiera a los 500.000 euros», argumentó el diputado malagueño.

También se refirió a una reciente respuesta parlamentaria, donde el Gobierno confirma que para la remodelación del enlace de Benalmádena Este se gastó en 2015 «una cifra ridícula», como son 21.750 euros; en 2016 «no se gastó ni un céntimo»; en 2017, fueron 261.260 euros; y hasta el 30 de abril de 2018 fueron 196.550 euros.

«Esto implica que el anterior Gobierno gastó menos de medio millón de euros, siendo una actuación fundamental para nuestra principal industria, el turismo. Los miles de visitantes que se acercan a nuestras costas no pueden padecer retenciones que nos quitan competitividad y calidad», subrayó.