La Comisión de Absentismo Escolar del Ayuntamiento de Mijas celebró ayer su sesión trimestral en la que destacó el hecho de que en esta ocasión no se ha elevado ningún caso a la Fiscalía de Menores. Así lo subrayaron la edil de Servicios Sociales, Mari Carmen Carmona (Cs), y el concejal de Educación, Hipólito Zapico (PSOE), que asistieron a la sesión.

«Esto es fruto del buen trabajo de la Concejalía de Servicios Sociales con los centros educativos. La dedicación del departamento y todas las estrategias puestas en marcha han hecho que erradiquemos el absentismo este trimestre», manifestó Carmona.

En Mijas hay 7.200 alumnos en Infantil y Primaria, 4.000 en Secundaria y 800 en guarderías, lo que suma unos 12.000 menores escolarizados. «Es todo un reto haber podido alcanzar el 0,15% en absentismo escolar leve y ningún caso en absentismo crónico. Es la tercera vez consecutiva que reducimos estos números siendo la última un 2,7%, la más baja de toda la Costa del Sol», destacó la concejala.

Mari Carmen Carmona destacó la labor del Agente Tutor, que ha supuesto una apuesta fuerte de la Policía Local por la comunidad educativa. «Esta figura nos ha ayudado a poner en marcha muchas de las medidas para combatir el absentismo y, sobre todo, ha sido un mediador de excepción. Ahora recogemos los frutos de esa tendencia que a lo largo de 2018 ha ido siempre a la baja en cada sesión», explicó la edil.

La Comisión de Absentismo Escolar está compuesta por representantes de la comunidad escolar mijeña, técnicos municipales y Policía Local y en ella se analiza cada tres meses este problema y se ponen soluciones.

Servicios Sociales tiene aviso inmediato por parte de los centros cuando hay faltas en clase y eso permite actuar con mayor celeridad. En el seno de esta comisión se creó también el Aula de Valores. El área de Servicios Sociales y Cruz Roja pusieron en funcionamiento esta iniciativa pionera que consiste en atender a los alumnos expulsados temporalmente de los institutos de la ciudad. «No queremos que estos jóvenes estén en sus casas sin la supervisión de ningún adulto pues la mayoría de los padres trabajan», explicó la concejala, quien añadió que «este aula ayuda, a su vez, a reflexionar».

Durante el tiempo en el que estos alumnos están expulsados participan en talleres de habilidades sociales y convivencia. La atención personalizada favorece a este ámbito de la reflexión para que el menor pueda evaluar los motivos por los que está en el aula y orientar sus comportamientos a un área de convivencia más sana para el joven y su entorno.