Apenas tres semanas han transcurrido desde la inauguración de la plaza Costa del Sol como el mayor bulevar peatonal de cuantos se extienden por el litoral malagueño. Para los comerciantes y restauradores del céntrico entorno urbano de Torremolinos es un espacio de tiempo mínimo, pero algunos de los consultados, a raíz del ambiente que empieza a vivirse en los fines de semana y días festivos, confían en que la Semana Santa se convierta en el punto de inflexión ansiado desde hace décadas.

Tom Cullen está al frente de una de las cafeterías donde los turistas cada fin de semana aprovechan su paseo para desayunar y se muestra muy optimista: «Después de haber tenido que padecer las obras del último año, creemos verdaderamente que la espera ha merecido la pena. A los turistas como en la capital les gusta pasear por zonas como calle Larios, que en Navidad se ha convertido en una de las avenidas peatonales más famosas del mundo», relata.

Uno de los camareros que a diario toma el pulso a los visitantes se encarga de asentir con la cabeza y apostilla: «Torremolinos empieza a renacer, como cuando nuestros padres empezaron a recibir a miles de turistas. Se nota algo aquí en estos meses que hacía mucha falta, la llegada de visitantes en el frío invierno para el resto de Europa». Antonio Fernández, que también forma parte del vecindario de esta renovada plaza Costa del Sol destaca «la revalorización que ha tenido esta zona, al no pasar ya todos esos vehículos que generaban un ruido muy molesto, especialmente en verano y durante las noches».

El Ayuntamiento recuerda que la transformación de la plaza Costa del Sol casi ha requerido de un mandato completo. «Primero cortamos al tráfico esta vía, al objeto de poder analizar las ventajas del proyecto. Posteriormente tuvimos que lograr la financiación, teniendo en cuenta el endeudamiento millonario que heredamos del anterior gobierno del Partido Popular. Y luego nos pusimos en las manos de un experto de la talla del arquitecto malagueño Salvador Moreno Peralta, que ha sabido aunar tradición y modernidad al recinto», remarcaba el alcalde, el socialista José Ortiz.

Más de 2,5 millones de euros y más de un año de trabajos, culminados en los primeros días de este 2019, han conseguido darle una nueva imagen al auténtico eje turístico de la Costa del Sol. «Ahora la ciudadanía vuelve a apropiarse definitivamente del espacio que va de la avenida Palma de Mallorca, en concreto hasta su intersección con la avenida Isabel Manoja, hasta el otro extremo de la plaza», relataba el propio regidor.

Como expresaban los técnicos durante la jornada de inauguración, los dos carriles y la multitud de vehículos que a diario cruzaban la ciudad por esta arteria han dado paso a una treintena de bancos, pérgolas en forma de onda, dos estanques, un escenario para artistas callejeros e incluso puntos de recarga de móviles. Todo ello acompañado por las modernistas estatuas elaboradas por la artista Elena Laverón.

A partir de ahora, Torremolinos queda vertebrado en su corazón neurálgico, de manera que los visitantes pueden acceder rápidamente y sin obstáculos móviles a La Nogalera, desde donde se accede en Cercanías al aeropuerto y los principales puntos turísticos de la capital malagueña, Fuengirola o Benalmádena, pero también a la plaza de Andalucía, la de la Independencia o Picasso.

Son más de 30.000 metros cuadrados que configuran un torremolinos «moderno, limpio, sostenible e integrador». Y Ortiz lo resumía así días atrás: «Esta plaza enamora». Luisa Gutiérrez asiente: «Hemos venido desde Chiclana, donde estamos pasando unos días para ver el Carnaval y a unos familiares, porque nuestra cuñada nos ha hablado maravillas de lo que se ha hecho aquí. No me extraña que hayan inaugurado todo esto en el Día de los Enamorados, porque es verdad que enamora».

Otro de los empresarios de esta parte del núcleo torremolinense, el portavoz empresarial Adolfo Trigueros, remarca que la plaza anteriormente ya debiera haber tenido «mejoras en cuanto al acerado, por ejemplo haber quitado uno de los carriles en cada sentido para haber permitido un mejor tránsito de las personas». Y también alude a que aún es pronto para saber el efecto que va a tener el nuevo espacio: «Al llegar la temporada alta veremos lo que implica. De momento sabemos que ciertos comerciantes han visto reducidas sus cajas durante el tiempo que se han desarrollado las obras».

Para este veterano emprendedor, un aliciente añadido para esta plaza y el resto del municipio es la posibilidad de implantar un Centro Comercial Abierto, para el que ya se han dado algunos pasos desde el propio tejido asociativo local, y también es «urgente mejorar todas las opciones de aparcamiento en el casco histórico y en la zona de La Carihuela». De esa manera, la plaza Costa del Sol aspira a retomar la luz que nunca debió perder.