Un guante de trabajo encontrado en el lugar donde Brian Martos fue secuestrado en Estepona ha resultado clave para una investigación cuya posterior secuencia fue el hallazgo poco después de su cadáver con herida por arma de fuego en Algeciras. Si el objetivo era no dejar huellas, el análisis de la prenda ha demostrado que contenía ADN que ha coincidido con el perfil genético de uno de los con cinco detenidos inicialmente por la Policía Nacional, hecho que ha llevado a la juez de Instrucción número 1 de Algeciras a ordenar prisión para su propietario por un presunto delito de detención ilegal, según la resolución de la propia magistrada. Los otros cuatro arrestados han quedado en libertad provisional con la obligación de presentearse semanalmente en el juzgado y la prohibición de salir del territorio nacional. A la espera de que dos nuevos arrestados declaren ante la juez, el autor material del disparo sigue siendo una incógnita.

La resolución explica que la víctima fue secuestrada a punta de pistola la noche del 2 de octubre mientras cenaba con varios amigos en un local e introducido "a la fuerza" en un vehículo por un grupo de encapuchados y provistos de armas de fuego, tal y como declararon varios testigos. Tras un incidente que provocó escenas de pánico en pleno centro de Estepona, el cadáver de Martos fue hallado sobre las 00.45 horas de esa misma noche en las inmediaciones del Hospital Punta Europa de Algeciras "con múltiples signos de violencia". La causa de la muerte fue tasada a las 23.00 horas como consecuencia de un disparo a media distancia con arma de fuego que afectó a los centros vitales torácicos.

La pasada semana, algo más de cinco meses después de aquella noche, la Policía Nacional realizó un registro en una vivienda de una lujosa urbanización de Casares en la que fueron detenidas cinco personas. Aunque posteriormente se produjeron dos arrestos más, la operación sigue abierta y no se descartan nuevas actuaciones.