Cuatro generaciones de mecánicos y un siglo de anécdotas que darían para un serial. Adolfo Trigueros Castillo narra con el orgullo de ser hijo, sobrino y nieto de expertos de automóvil cómo uno de sus hijos, Adolfo Trigueros Lozano, de 31 años, seguirá al frente de una saga que llegó a ser pionera en Málaga capital y en Torremolinos. Porque su abuelo, Adolfo Trigueros Marín, nacido en 1907, inició a principios de los años 20 una labor que entonces era absolutamente artesanal. Bien diferente de este moderno «smart taller» que se acaba de acondicionar y de inaugurar en el número 162 de la avenida Carlota Alessandri, en pleno corazón de La Carihuela.

«Es el segundo taller que tenemos a disposición de la clientela, porque seguimos con las instalaciones que desde hace décadas tenemos en el número 70 de la avenida Palma de Mallorca», relata el propio Trigueros. Con una inversión sólo en maquinaria de vanguardia y acondicionamiento del local que supera los 200.000 euros, esta saga aspira a mantenerse entre las más significativas del sector en la provincia.

De hecho, Trigueros, que desde 2015 preside el Círculo de Empresarios de Torremolinos, aspira estas semanas a ser elegido como representante del mundo del motor en las elecciones a la Cámara de Comercio de Málaga que acaban de convocarse. «Nos avala en el día a día que ya mi abuelo trabajaba como mecánico, de forma pionera en la provincia, dentro de las cocheras del Marqués de Larios», asegura Trigueros Castillo.

Su padre Ramón tomó el relevo a su abuelo, al igual que lo hicieron sus tíos Pepe y Manolo. «Mi padre inicialmente emigró a Suiza. Pero de regreso a Málaga, donde tenía el taller su padre, optó por abrirse camino, a principios de los sesenta, en Torremolinos. Para ello logró asociarse, empresarialmente, con dos futbolistas por entonces en activo y grandes del Real Madrid y de la selección española, Paco Gento e Ignacio Zoco», recuerda.

Tras ese periodo, Ramón Trigueros se independiza y de la plaza de La Nogalera se traslada al entorno de La Carihuela. Si su padre había hecho historia al poner en servicio el «primero de los gasógenos de Málaga», el segundo de la zaga logró codearse con nombres propios del turismo en la Costa del Sol durante los años 60. Por entonces, la carencia de recambios obligaba a que los mecánicos «fuesen torneros, fresadores, soldadores y por supuesto expertos en mecánica». No sería hasta los setenta que con la nueva titulación de Formación Profesional Adolfo Trigueros Castillo accediese a la carrera académica hoy en día imprescindible. Además, de inmediato surgió esa posibilidad, que hoy es «garantía de profesionalidad», de incorporar el taller a la red internacional Bosch Car Service.

«Así disponemos de tecnología de última generación, con los estándares de calidad y la formación que al cliente le da tranquilidad», agrega Trigueros Lozano. El nuevo paso lo representa el «smart taller», a modo de evolución para el seguimiento de cualquier reparación. «El cliente puede acceder en su móvil a una aplicación en la que en todo momento observa el presupuesto de reparación, cualquier incidencia o el plazo de entrega ya previsto», relatan padre e hijo.

«El mundo del motor ha sufrido muchas transformaciones tecnológicas y hemos trabajado en esta familia, desde principios de los años ochenta, bajo el paraguas de redes multimarcas, porque así el cliente sabe que está en buenas manos», añade Trigueros Castillo.

En su memoria figura la Torremolinos más brillante, la del primer concesionario Rolls-Royce de la provincia, la del primer Palacio de Congresos o la de la primera escuela de hostelería, argumenta.