El centro de adicciones que posee en el término de Mijas la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía acumula meses sin el caudal mínimo de agua potable exigible para unas dependencias con una treintena de pacientes internos y hasta 19 profesionales. Pero no sólo es dramático este aspecto, provocado porque está enclavado en el entorno rural de Entrerríos y depende del suministro de un manantial que sufre los efectos de la sequía, sino también que desde hace un año no se haya cubierto la vacante de Enfermería o que, por culpa de que no se ha renovado el renting público, los familiares tengan que hacerse cargo de los traslados habituales de los usuarios en rehabilitación.

El sindicato CGT ha levantado la voz acerca de unas instalaciones que aún dependen de la Consejería de Igualdad, «aunque el actual consejero de Salud se comprometió a que la drogodependencia pasará a formar parte de sus competencias». De momento, la propia Junta, ni a través de una consejería ni de la otra, ha atendido la petición de este periódico para arrojar luz a esta falta de agua potable en este centro público.

«Consideramos que el abandono es más que evidente. Todo empezó hace unos dos años, todavía con el anterior gobierno en la Junta, cuando empezamos a sufrir diversas irregularidades. El asunto del agua potable, por ejemplo, podemos catalogarlo como estructural. Hubo otros periodos de sequía en los que la propia Junta logró que el Ayuntamiento trajese camiones cuba para el abastecimiento de nuestros depósitos. No era una competencia municipal, pero al menos se trataba de buscar soluciones por parte de la Agencia de la que dependemos», defiende uno de los trabajadores.

Y mientras tanto, con excepciones de un par de días, después de ligeras lluvias como las del pasado fin de semana, el manantial apenas arroja caudal para tener suministro durante un par de horas al día. Así los propios pacientes miran al cielo y se encomiendan a la posibilidad de que se repitan esas precipitaciones y puedan así disfrutar de una ducha, «como cualquiera en un centro público donde permanece en régimen interno», alegan los familiares con allegados en pleno proceso de desintoxicación y deshabituación respecto a problemas de adicciones.

El delegado de CGT, Juan Carrillo, califica de «insostenible la situación en la que se está atendiendo a los pacientes de la comunidad terapéutica de Mijas». Esa falta de aseo o de una mínima limpieza en el interior de un centro «que tiene consideración de sanitario y donde dichos aspectos son primordiales para atender a los pacientes» no entra «en la lógica de nadie».

El deterioro visual se hace aún más palpable por la falta de materiales como silicona, cemento, enchufes,... Incluso alegan los profesionales que no se ha sustituido la decena de bombillas que en los últimos tiempos se fundieron: «Tenemos que cambiar las que funcionan de una estancia a otra según vayan haciendo falta. Y sufrimos que en la cocina permanezca un fuego roto desde hace más de un año. Por no hablar de los problemas con el suministro de alimentos, teniendo en ciertas ocasiones que comprar los comida los propios trabajadores», inciden.