El próximo 1 de enero va a entrar en vigor una nueva nueva ordenanza que impedirá que cualquier usuario pueda utilizar el servicio de burro taxi si pesa más de 80 kilos.

La medida pretende desterrar la imagen, criticada durante años por colectivos animalistas, de algunos burros que terminan exhaustos sus recorridos por el casco histórico de Mijas. Los animalistas han desatado la polémica en los últimos tiempos más de una vez, al ver personas de más de 100 kilos en sus lomos con el agravante del calor que suele reinar en plena temporada alta.

El Ayuntamiento comunicó ayer esta iniciativa e incidió en que parte de un acuerdo alcanzado con el colectivo de arrieros y las propias asociaciones que velan por el bienestar de cualquier animal. De hecho, durante un periodo se han creado mesas de trabajo para consensuar una nueva ordenanza reguladora para este Servicio de Burros Taxi, Burros Carro y Coches de Caballos.

«El objetivo fijado por la Concejalía de Transportes y Movilidad es que este reglamento entre en vigor a partir de 2020, una vez superado el periodo de exposición pública y aprobación definitiva» alegó el Consistorio en un comunicado.

Incide el nuevo texto en «velar por el bienestar de los animales», a través de una serie de medidas y de acciones tendentes a intensificar el «cuidado de burros y caballos».

El edil de Transportes y Movilidad, Nicolás Cruz (PSOE), abundó en que todas las iniciativas recogidas en esta nueva ordenanza «son fruto de reuniones que el Ayuntamiento de Mijas ha mantenido con arrieros y diferentes colectivos animalistas, ya que se contemplan todas las sensibilidades, las que se inclinan por la protección de los animales, las que preservan los intereses del colectivo, del servicio y, asimismo, del propio Ayuntamiento».

Cruz subrayó que entre las principales novedades que se incluyen, más allá del límite en el peso de las personas que utilicen el servicio, figuran la intensificación de los controles veterinarios, «mejoras de las condiciones higiénicas de las cuadras y paradas» o la intensificación de las medidas de inspección y control veterinario por parte del Consistorio mijeño.

También tomó ayer la palabra el propio colectivo de arrieros, a través de uno de sus portavoces. Matizó que actualmente se trabaja con un total de 69 ejemplares e incidió en que sus propietarios son, en primer lugar, «los principales interesados en que los animales estén en las mejores condiciones». Salvador Torres, en nombre de sus compañeros, alegó: «Los burros tienen que estar bien cuidados, comidos y bebidos, con sus controles veterinarios; nosotros somos los principales responsables».

El Refugio del Burrito, satisfecho

El concejal explicó que ya ha trasladado al colectivo las novedades expresadas en la nueva ordenanza. E hizo una puntualización ante los cambios, al especificar que durante los últimos años se ha podido ver «un mayor sensibilidad por parte de los arrieros». Además, estos han identificado algunas necesidades a la hora de actualizar el texto reglamentario. El responsable municipal de Transportes y Movilidad en el término mijeño también quiso poner de relieve que el nuevo reglamento se adapta a la normativa actual: «Hablamos de directivas europeas, reales decretos, reglamentos, que anteriormente no estaban incluidas en la ordenanza y que hacen referencia específicamente a determinadas cuestiones obligatorias del ámbito sanitario, de seguridad o de imagen turística».

El Refugio del Burrito, que colabora desde hace ya una década con el Consistorio, no ocultaba ayer su satisfacción por estas medidas. «Estamos muy contentos de haber llegado a este punto, donde se incluye el concepto bienestar animal y su desarrollo con unas medidas específicas, donde se recogen las normativas nacional y europea. Es algo pionero», destacó por su parte la directora del colectivo El Refugio del Burrito, Verónica Sánchez.