La crisis del coronovirus ha impactado en todos los sectores productivos de la provincia de Málaga. Cientos de establecimientos relacionados con el turismo, el principal motor económico malagueño, se mantienen cerrados. Esta crisis ha impactado fuertemente en la economía de muchas empresas pero también lo hace, y de manera muy virulenta, en muchas familias que no solo han perdido su puesto de trabajo sino que este casi mes y medio de confinamiento no ingresan ni un solo euro.

Mientras la mayoría de la población se preocupa por las condiciones para sacar los niños a la calle, si es correcta o no la llamada desescalada o si se celebrará o no las fiestas patronales del pueblo para otras familias ninguno de estos puntos es el mayor dilema. Su principal problema es algo más sencillo y prioritario: poder comer.

Por eso el hotel Anantara Villa Padierna by Minor International, sito en Benahavís y la ONG World Central Kitchen, fundada por el cocinero José Andrés, han firmado un acuerdo de colaboración para ayudar a cientos de familias con necesidades tan básicas como la alimentación. «Nuestro acuerdo consiste en ceder las cocinas del hotel, menaje de cocina, espacios de almacenamiento... El equipo está comandado por los chefs Aitor Perurena y Manolo Navarro, executive chef de nuestro hotel», explica el director de Anantara Villa Padierna, Jorge Manzur: «Estamos encantados de ayudar y devolver a la comunidad todo lo que nos han dado. El hotel está cerrado por las circunstancias que todos sabemos pero a su vez está abierto por y para una causa buena».

Destacados nombres de los fogones malagueños como Sergio Garrido, Víctor Gutiérrez, Juan Antonio Rodríguez, Manolo Navarro o Juan David Rosado forman parte de este equipo de 40 cocineros. «Desde el 27 de marzo, trabajamos todos los días, incluso fines de semana, de manera voluntaria para que en esta crisis ninguna persona pase hambre. Comenzamos con 300 menús y esta semana ya hemos superado los 850, y la tendencia va al alza. Es fácil que en los próximos días alcancemos las mil unidades», indica Aitor Perurena, chef coordinador de las cocinas.

Los voluntarios ascienden a 120 personas que se dedican a distintas tareas en esta cadena de solidaridad. La seguridad alimenticia y la propia entre voluntarios es fundamental; por eso antes de comenzar con esta colaboración con World Central Kitchen «las cocinas han sido exhaustivamente desinfectadas por una empresa especializada y todos los voluntarios llevan sus equipos EPI», refiere Manzur.

Además y como medida de seguridad se han implementado dos turnos en las cocinas. El primero comprende el horario de 08.00 a 12.00 y el siguiente de 12:30 a las 16.00 horas. «Esa media hora de diferencia es para que no haya cruce de personas, limpiar e higienizar y garantizar la máxima seguridad. A algunos hay que decirles que ha acabado su turno porque tal es la voluntad y el cariño con esta labor que no quieren irse», comenta el chef Víctor Gutiérrez.

La materia prima para los distintos platos son absolutamente frescos y llegan hasta el hotel todas las mañanas. Los menús se diseñan un día antes dependiendo del stock del proveedor buscando que durante la semana los destinatarios ingieran pescado, carne, pasta y arroz, verduras y frutas. «Nos aseguramos que haya proteínas e hidratos de carbono. Buscamos que este rico, pero también que tenga nutrientes y vitaminas para que la persona que lo consuma tenga estas necesidades cubiertas», especifica Perurena. Este menú pesa unos 350 gramos y se entrega en un tupper ecológico y a su vez en una bolsa de papel kraft con el distintivo de la ONG.

Marbella, San Pedro y desde esta semana Benahavís son las localidades en las que el Banco de Alimentos y Cáritas reparten estas bolsas con comida a los vecinos que estas organizaciones tienen registradas como vulnerables. La cocina ha acabado su primer turno, la comida se emplata en los tuppers y se embolsa. Sobre las 12.00 comienzan a llegar las furgonetas que llevarán el alimento a sus destinatarios.

Juan José Almagro, trabaja en el área de Deporte de San Pedro y ahora se ha unido a sus compañeros de Bienestar Social «para ayudar en lo que pueda porque en el deporte está todo parado. Hemos cargado la furgoneta y vamos a repartir en la parroquia de San Pedro, en la de Nueva Andalucía y en la de la Divina Pastora de Marbella. Vamos mirando las listas y entregando las bolsas. Los vecinos están muy contentos, de un día para otro para ellos ha sido un milagro. Desgraciadamente son muchos. Sólo en San Pedro tenemos 380 personas», lamenta Almagro.

Además de estos menús que salen de Anantara Villa Padierna los clubes deportivos de San Pedro aportan alimentos no perecederos: «El día que el menú está un poquito corto damos bolsas con comida», aclara Juan José, colaborador de este proyecto.

Fundada en 2010 por el chef José Andrés, con la misión de alimentar a las personas más necesitadas durante un desastre, World Central Kitchen ya ha respondido a la amenaza de Covid-19 en más de 20 ciudades de todo el mundo. El 27 de marzo, WCK comenzó a operar en España, país de origen de José Andrés, y ahora tiene 14 cocinas en 10 ciudades de nuestro país, ofreciendo más de 20.000 raciones diarias.