Una organización armada dedicada al tráfico de drogas y al secuestro entre narcos ha sido desarticulada en una operación que ha localizado a los cabecillas en Estepona y Benahavís, si bien la investigación se inició en la provincia de Alicante. Según la Policía Nacional y la Guardia Civil, 18 personas de nacionalidad marroquí, francesa, india y española han sido detenidas tras unas pesquisas que arrancaron a mediados de abril, en pleno estado de alarma, cuando los agentes detectaron en el Levante una compleja organización criminal dedicada al tráfico de drogas.

Las primeras investigaciones se centraron en las comarcas alicantinas de la Marina Alta y Baja, donde residía el grupo que llevó a los agentes a descubrir las conexiones que estos integrantes tenían en la Costa del Sol, Marruecos y Francia. Los investigadores hablan de dos ramas claramente diferenciadas. La asentada en Estepona y Benahavís se encargaba de adquirir la droga en Marruecos y estaba compuesta por individuos "altamente peligrosos" de nacionalidades marroquí, francesa e india que contaban con armas semiautomáticas que han sido localizadas por los agentes. Según han informado ambos cuerpos, los principales cabecillas tenían contactos con sicarios y delincuentes de muy amplio perfil.

La segunda rama, por su parte, estaba asentada en las localidades alicantinas de Gata de Gorgos, Teulada, Moraira y Calpe y formada por españoles y marroquís cuyos cometidos era almacenar el hachís que recibían desde la Costa del Sol y su posterior transporte hasta Francia. Durante la investigación se ha podido saber que estos miembros iniciaron contactos para la compra de narcolanchas valoradas en más de 200.000 euros. Además del transporte internacional de la droga se dedicaban al menudeo de hachís y otras sustancias, siendo desarticulados tres puntos de venta de droga en Gata de Gorgos, Teulada y Calpe. En este último caso, el punto de venta era una peluquería regentada por uno de los detenidos.

Durante las pesquisas, los agentes detectaron una gran tensión entre ambas ramas. Los cabecillas, asentados en Málaga, sospecharon que la rama alicantina les podía haber hecho un vuelco de droga, por lo que no dudaron en secuestrar a uno de los miembros asentados en la comarca de la Marina y retenerlo más de una veintena de días como garantía de pago de una partida de droga que supuestamente desapareció durante un transporte.

Finalmente fue liberado después de que algunos miembros de la rama malagueña se desplazaran hasta Calpe cuando las restricciones de movilidad todavía estaban vigentes por el estado de alarma y se llevaran retenido a un segundo miembro del grupo alicantino al que exigieron que les facilitase pruebas del lugar en el que efectivamente se encontraba la droga y el pago de más de 300.000 euros.

La operación estalló el pasado 2 de junio con una decena de registros simultáneos en ambas provincias que permitieron intervenir más de 400 kilos de hachís, diversas armas de fuego semiautomáticas con munición, más de 220.000 euros en efectivo y 6 vehículos de alta gama. Doce de los dieciocho detenidos han ingresado en prisión.