La práctica totalidad de municipios costeros de la provincia de Málaga controlan, desde que decayese el estado de alarma, el aforo de sus playas para procurar que se mantuviesen las medidas de distanciamiento social que rigen la nueva normalidad en la que entramos el pasado 22 de junio. Aplicaciones, balizas, vigilantes de playa contratados por la Junta para informar a los bañistas... y, si las circunstancias obligan, cierre.

Esto último es lo que ha ocurrido este domingo, el último antes de que entre en vigor la nueva medida de la Junta de Andalucía de establecer como obligatorio el uso de la mascarilla en todo momento, en muchos puntos de la Costa del Sol. Hasta seis municipios malagueños han tenido que cerrar algunas de sus playas tras alcanzarse el aforo estipulado en las mismas por sus respectivos ayuntamientos. En Nerja, La Torrecilla, El Carabeo, Carabeillo Chico y Calahonda han alcanzado durante esta jornada su aforo máximo, por lo que se ha tenido que restringir el acceso a las mismas. En Torre del Mar se ha cerrado de forma parcial la playa del Faro - Balneario, mientras que en Torrox se ha hecho lo propio en la cala del Sillón.

En la Costa del Sol Occidental la afluencia ha sido numerosa hasta obligar al cierre en las playas de La Viborilla, Playa Bonita, Arroyo Hondo, Malibú y Arroyo de la Miel, en Benalmádena; en El Chaparral y playa Riviera, en Mijas; y en la zona de Los Boliches - Las Gaviotas, en Fuengirola.

Circunstancias extrañas a la que habrá que irse acostumbrando, por lo menos, en este primer verano de la nueva normalidad generada por el coronavirus Covid-19.