La sentencia del Tribunal Supremo que veta a los ediles tránsfugas para asumir cargos o retribuciones ha llevado al exedil de Cs en Torremolinos Nicolás de Miguel a dimitir al frente del Área de Igualdad. Afirma que su decisión no amenaza la mayoría que está al frente del Ayuntamiento

¿Por qué decide volver a la bancada de la oposición y abandonar sus tareas como responsable del Área de Igualdad en Torremolinos?

Mi marcha del equipo de gobierno y del área que he dirigido hasta el jueves, con responsabilidades en Igualdad y Diversidad, está motivada solo por la reciente sentencia del Tribunal Supremo y en función de los valores que tengo. Si algo tengo son unas profundas convicciones democráticas y por ese motivo se ha producido mi salida. Tengo muy buena sintonía con el alcalde, José Ortiz; me integré en un gobierno ya formado en su momento y no hice nada que no tuviese un amparo normativo.

¿Hay que descartar cualquier nuevo movimiento en referencia a la actual estabilidad del gobierno municipal?

El futuro del equipo de gobierno está garantizado, con una estabilidad absoluta.

¿Considera ejemplar su salida a las pocas horas de divulgarse esta sentencia?

Seguro que en el top ten español estoy. Pero yo únicamente hablo por mí en este caso. Cada uno tiene sus zapatos y sabe cuál es su historia. Predicar moral es fácil.

Cuando se unió al gobierno de Torremolinos aseguraba que le hacía mucha ilusión estar al frente de Igualdad. ¿Hasta qué punto lamenta no poder culminar el trabajo iniciado?

Hay miles de formas de trabajar como integrante del pleno de tu ciudad. No sólo hay que estar dentro del equipo de gobierno para que se hagan realidad tus iniciativas. De hecho, voy a hacer una oposición constructiva. Yo me metí en política, y hablo de una década a esta parte, porque cuando estás en el anonimato es otra cosa, y no he cambiado de discurso. Debemos trabajar por el interés general, sin pensar únicamente en las siglas.

Se le ve satisfecho con su trayectoria.

He cumplido con el programa y con el discurso. Yo no me he movido de sitio. Porque además entiendo la política de otra manera. Habría que volver a poner en valor las listas abiertas.

¿Tal y como las conocemos en esos pueblos minúsculos donde se vota directamente al vecino sin que haya siglas?

En realidad creo que tenemos ejemplos mucho más cercanos que se aproximan al modelo de listas abiertas. El caso de Torremolinos, donde se vota a José Ortiz, el de Vigo, Bilbao, Málaga cápita también. Es que es fundamental la figura del alcalde que por sí mismo obtiene resultados. Es algo fundamental, que ocurre hasta en Nueva York.

La reforma del sistema electoral en España es un asunto al que se recurre con frecuencia pero nunca se aborda.

Como tantas otras cosas. Como una España federal que no sea simétrica. O la armonización fiscal. Lo vengo diciendo incluso desde la anterior crisis.

En la actual crisis sanitaria y económica, ¿echa de menos mayor unidad y menos discursos viscerales o llenos de odio?

Estoy impávido ante lo que veo. Por ejemplo, el pasado 25 de noviembre, durante el minuto de silencio, Vox no estuvo.

¿Le preocupa entonces la deriva actual? ¿O es optimista?

Si no fuese moderadamente optimista hubiese tirado la toalla. La derrota del trumpismo ya es un avance. No se puede ceder al chantaje, algo que está ocurriendo en Europa.

¿Y en esta coyuntura derivada del coronavirus que impide la llegada de turistas?

Uno de los objetivos de mi área ha sido hacer de esta ciudad un faro internacional, a la vanguardia en transición ecológica, en igualdad. Todo eso lo voy a seguir apoyando desde fuera del equipo de gobierno. Tenemos muchos retos por delante. Por ejemplo, el próximo año se cumple medio siglo de la fecha en la que se produjeron los lamentables sucesos del Pasaje Begoña. Torremolinos ya por entonces, pese a la dictadura y siendo honestos, había logrado albergar un ecosistema propio. Porque había un espacio de libertad aquí. Ahora es el momento de avanzar para que nos mantengamos a la vanguardia en diversidad, interculturalidad, en la mujer. Incluso ahora Torremolinos se mantiene como estandarte. De hecho, nuestro centro de la mujer ha sido ejemplo para otros municipios.

Para atraer la inversión de la que hablaban a finales del pasado año o justo antes de esta pandemia, también necesitará solventarse el nuevo revés judicial que ha sufrido el PGOU.

La situación actual del documento urbanístico es inédita. Ha sido algo chocante. Espero y confío en que todas las administraciones, no sólo el Ayuntamiento de Torremolinos, logremos que esto se solucione cuanto antes. No tiene ni pies ni cabeza.

Hay bastante en juego.

Hablamos del futuro de Torremolinos a todos los niveles, de creación de riqueza, de ecologismo. A mí me gusta mucho hablar de nuestro término como ciudad. El PGOU y lo que supone lo es absolutamente todo. Permitirá la regeneración de la ciudad y la generación de mucho empleo. Y hablo así porque este lugar es mi hogar, el lugar que he elegido para vivir y por el que voy a luchar hasta la extenuación, como decía Mafalda.