Parque de atracciones

Tívoli, el ocaso del ocio familiar de varias generaciones

Este viernes, una marcha en Benalmádena ha congregado a unas 300 personas en contra del cierre del parque

Marcha contra el cierre del Tívoli World Benalmádena

Marcha contra el cierre del Tívoli World Benalmádena / CCOO

Esther Gómez (EFE)

El emblemático parque de atracciones Tívoli World de Benalmádena, referente de la industria del ocio familiar de varias generaciones, se enfrenta al cierre definitivo y vive su mayor crisis desde que iniciase su actividad hace casi medio siglo.

Pionero en su forma de entender el entretenimiento, abrió sus puertas por primera vez en mayo de 1972 e integró en sus instalaciones un gran teatro por cuyo escenario han pasado, entre otros, Alejandro Sanz, Julio Iglesias, Rocío Jurado o James Brown.

El que durante años fuera el único parque de atracciones de Andalucía y uno de los primeros de España, se encuentra en concurso de acreedores y sus trabajadores en paro; además, arrastra tras de sí una deuda que supera los 11 millones de euros y un complicado litigio sobre su titularidad.

“Triste” e "injusto" son dos de las palabras más repetidas para describir la situación que atraviesa el Tívoli entre las 300 personas que han participado en la manifestación celebrada este viernes en Benalmádena para exigir su reapertura.

Bajo el lema “No al cierre del Tivoli World”, empleados del parque, proveedores, sindicatos, políticos y alcaldes de la Costa del Sol como el de Benalmádena, Víctor Navas, o el de Mijas, Josele González, han recorrido las calles del municipio en apoyo al que coinciden en calificar como un “emblema del ocio”.

Conocido como el electricista del Tívoli y uno de los trabajadores más antiguos del parque, Francisco Sánchez camina triste entre los manifestantes, preocupado porque le quedan apenas dos años para jubilarse y desconoce donde acabará.

Sánchez llegó al Tívoli “soltero y con dientes” y ahora es “abuelo y sin dientes”, comenta con más pena que alegría, y aunque ha vivido miles de historias, esta es “la más gorda” que recuerda, asegura a Efe, mientras pide “un esfuerzo” a quien corresponda para solucionar la situación.

Tras 42 años de desempeño profesional en él, aniversario que se cumplió el pasado 1 de abril, estaba convencido de que se jubilaría en su puesto de trabajo y nunca pensó que vería el cierre de este centro de ocio, añade.

Al escucharlo, Mónica Moreno, vecina de Arroyo de la Miel, se para a saludarlo y no puede evitar emocionarse al recordar que su infancia está ligada a la del Tívoli, donde entró por primera cuanto tenía cuatro años.

Sus padres, Manolo y María, trabajaron en el parque desde los primeros tiempos y sus tres hermanos y ella prácticamente se han criado entre sus atracciones; por eso, sus ojos se llenan de lágrimas y su voz se entrecorta al explicar a Efe “lo mucho” que estas instalaciones han significado para su familia

Hoy, su padre, el carpintero del Tívoli, no está, pero ella no ha querido faltar a la manifestación para apoyar a los que considera su familia y pedir que “lo que se pueda hacer, se haga” porque “es una pena”: “el parque no puede cerrar”.

Por su parte, el director del Tivoli durante los últimos 15 años, Mariano Hidalgo, se muestra esperanzado en que la situación actual por la que pasa el parque llegue a “buen puerto” y se resuelva de manera favorable para los trabajadores, al margen de a quien atribuya la Justicia la titularidad de las instalaciones.

“El Tívoli es viable, de eso no hay duda”, asegura Hidalgo, y puede reabrir como lo hizo el año pasado, a pesar del concurso de acreedores y de los litigios entre CIPASA y Tremon; es “sólo una cuestión de voluntad del administrador concursal", concluye.-

La Compañía Internacional de Parques y Atracciones (CIPASA), vinculada al empresario cordobés Rafael Gómez, interpondrá la próxima semana una demanda de nulidad contractual de la venta al grupo Tremón del parque, actualmente en concurso de acreedores.

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