Limpieza

Fuengirola comienza a instalar los primeros contenedores de color marrón para residuos orgánicos

Primero se van a ir colocando en hoteles y supermercados y después se instalarán de forma gradual en el resto de la ciudad

Un operario de Limpieza manipula los nuevos contenedores de color marrón en Fuengirola.

Un operario de Limpieza manipula los nuevos contenedores de color marrón en Fuengirola. / L.O.

L.O.

El Ayuntamiento de Fuengirola ha comenzado a instalar los primeros contenedores de color marrón para la recogida residuos orgánicos, según ha anunciado el concejal de Limpieza, Javier Hidalgo.

Primero se van a colocar en hoteles y supermercados, y después en el resto de la ciudad, ha añadido Hidalgo, quien ha explicado que "hoteles y supermercados son los establecimientos comerciales que más residuos de este tipo generan" hasta el punto de que se considera que que el 70% de los residuos que genera un hotel son orgánicos, "de ahí que hayamos decidido empezar por ellos la instalación de estos contenedores".

Antes de implantarlos en el resto de la ciudad, el consistorio va a iniciar una campaña de concienciación e información para que los vecinos sepan con claridad qué residuos deben depositar en este tipo de contenedores. En concreto, el contenedor marrón está diseñado para los restos orgánicos, que componen el 44% de la basura diaria de un hogar (unos 180 kilos de desechos anuales por habitante).

Qué depositar en el contenedor marrón

En el contenedor marrón se deben depositar los restos de fruta y verdura, de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y de frutos secos, otros restos de comida, posos de café e infusiones, tapones de corcho (sin añadidos de plástico u otros materiales), cerillas y serrín, papel de cocina y servilletas sucias, y pequeños restos de jardinería.

En el contenedor amarillo se deben depositar envases metálicos (latas de conservas, bandejas de aluminio, aerosoles), briks y envases de plástico (botellas de agua o de productos de limpieza, geles de baño, bolsas de congelados, tarrinas de mantequilla y yogures, bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico y bolsas).

En el contenedor azul se depositarán todos los envases de cartón como cajas de galletas, cereales, zapatos o de productos congelados, así como las bandejas de cartón de huevos y todo tipo de papel (periódicos, libros, revistas y bolsas de papel). Las servilletas o papeles de cocina manchados de grasos o aceites irán al marrón.

En el contenedor de color verde se deberán seguir depositando botellas de vidrio, frascos de cosmética y de colonia, tarros de mermelada y conservas. Los tapones deben ir al amarillo si son de plástico o al marrón si son de corcho. En cambio, las bombillas, vajillas, espejos o frascos de cerámica, van al punto limpio.

Por último, el contenedor gris está destinado a aquellos residuos que no sean envases o que no tengan un sistema específico de recogida deben ir al contenedor de la fracción resto, como pueden ser textiles sanitarios (compresas, bastoncillos o toallitas), utensilios de cocina, juguetes, cristales u objetos de plástico o metal que no sean envases.

Ventajas ambientales

Junto a la disminución de basura a procesar en el vertedero y de materias primas nuevas para fabricar abonos y compost, el reciclado de basura orgánica tiene otras ventajas ambientales y sociales. Una de ellas es que, al reconducir su descomposición a generadores de biogás o plantas de compostaje, se reducen las emisiones de CO2 generadas en los vertederos, que son responsables del 5% de la huella de carbono de todo el país, a la que contribuyen con la emisión de alrededor de 16 millones de toneladas de CO2 equivalente anuales.

Lo mismo ocurre con los lixiviados, cuya reducción limita la contaminación de suelos, cauces y acuíferos.