Sólido y rocoso pianista, aguardentoso vocalista, imponente presencia... Dr. John es una leyenda viva del rock apegado a las raíces, las que ahora y siempre ha reivindicado desde su Nueva Orleans natal. Sesenta años de música -debutó como adolescente en los años 50- más o menos acertada pero siempre pegada al alma y a la tierra, a la suya, la que ahora, con el Huracán Katrina, vuelve a padecer un mal de ojo que, según Dr. John, parece eterno. Mañana estará en el Terral con su grupo The Lower 911.

En una crítica del álbum City that care forgot, el periodista escribió que la música de ese disco «camina por el filo de la navaja entre la esperanza y la rabia». ¿Es una descripción acertada del actual ánimo de Nueva Orleans?

Oh, no creo que la mayoría de la gente viva entre la esperanza y la rabia; creo que la mayoría de personas de Nueva Orleans tienen un buen espíritu y que no sienten la suficiente rabia.

Ha dicho que Nueva Orleans nunca volverá a ser lo que fue.

Sí, siento que es el deber de todos mantener con vida todas las piezas que componen Nueva Orleans: la música, la comida y nuestro estilo de vida.

Ahora mismo se emite en EEUU la serie Treme, del creador de The Wire, sobre la Nueva Orleans post-Katrina. De hecho, en uno de sus episodios usaron su más popular canción, Right place, wrong time. ¿Qué le parece la serie, ya que le toca tan adentro su leit motiv?

He visto dos episodios, y no creo que algo así pueda dañar a la ciudad de Nueva Orleans; está bien que haya algo sobre nuestra cultura después del Katrina, desde luego.

Ya que hablamos de Right place, wrong time (Lugar correcto, momento equivocado). ¿Es una descripción profética de la ciudad?

Nueva Orleans fue levantada en un pantano, y vendida por el rey de Francia a los ricos como si fuera el Jardín del Edén, cuando, en realidad, los únicos que conocían el verdadero espíritu de allí eran los choctaws y los houmas [poblaciones amerindias]. Así que, en realidad, Nueva Orleans siempre ha estado en el lugar equivocado.

Usted viaja por todo el mundo con su música. ¿Cómo trata de involucrar a los extranjeros, que sólo saben de Nueva Orleans por las noticias?

Realmente es muy difícil hacerlo sin que la gente esté en el lugar, sólo viendo las noticias, tan filtradas que la verdad resulta muy difícil de encontrar. La única manera de involucrar a los extranjeros es tocar música para ellos y esperar que comprendan la situación a nivel humano.

Me encantaría haber visto los shows donde usted y algunos colaboradores, como Prince Kiyama, practicaban algunos rituales de vudú [y que le llevaron a algunos tribunales]. ¿Cuál es el mayor malentendido acerca del vudú?

Prince Kiyama bebía la sangre de las gallinas, y estaba inmerso en el espíritu de los orishas. La gente cree que el vudú es algo así como magia negra, pero no es ni magia negra ni blanca. La palabra gris-gris significa gris, que está en las sombras, que no es ni blanco ni negro. Creo que eso es el mayor malentendido acerca del vudú, y creo que es de temerarios jugar con cosas espirituales.

Hablemos sólo de música. ¿En qué estado la encuentra?

Hay buena música, hay mala música, hay exceso de música y un montón de añadiduras y artificios que no son música; yo a eso no lo llamo música, en realidad. Lo que sí quiero decir es que la música necesita ser simple para que el mundo pueda entenderla y emocionarse.

Y usted, ¿sigue emocionándose con la música? ¿Ha llorado recientemente al oír un tema?

La música nos toca de formas diferentes. La música puede emocionarme y hacerme sentir que estoy llorando por dentro; a veces, puede inspirarme en la dirección contraria. Pero, respondiendo a su pregunta, solía sentirme muy conmovido con Graciella, cuando cantaba con la Cheetos Band.

Tantos años en esto... ¿Cuál es la lección más valiosa que ha aprendido?

Que el espíritu de la gente que escucha y baila la música regresa a los músicos y termina construyendo la propia música.