Un libro y un planteamiento probablemente único en la historia de la poesía. El poeta y profesor malagueño Ignacio Caparrós, después de ver que son muchos los que esquivan la lectura de un poemario y de que más consideran este género literario muy complicado y minoritario, ha lanzado un desafío a los lectores con la intención de acercar esta literatura a todos los públicos y hacerla más accesible. La originalidad de este reto reside en su nueva creación poética, Titúlame (Alhulia).

El mismo nombre deja entrever el objetivo de esta obra, compuesta por un centenar de poemas, ninguno sin su correspondiente título. En palabras de Caparrós, «esta labor quedará para el lector que tendrá que acertar todos los títulos de cada uno de los poemas». «Cada título sólo contiene un artículo y un sustantivo y también se admiten los sinónimos, es decir, si el lector titula con El alba y en el listado aparece El amanecer, la respuesta la daré por válida», detalla el malagueño.

Para elogiar ese esfuerzo del lector, Caparrós premiará con 5.000 euros al primer lector que acierte todos los títulos correctamente. De esta forma, el poeta demostrará que «no es imposible leer poesía» y que cualquier cosa, «por más nimia e intrascendente que sea, es susceptible de ser poetizada». De hecho, Caparrós se pregunta: ¿Por qué no hacerle un poema a un tapón o a un mojito? En Titúlame, los temas, los objetos y los conceptos poetizados se multiplican por doquier.

Antes de su publicación, el pasado 16 de julio, el escritor depositó las soluciones bajo la custodia de un notario, para garantizar la legalidad del premio y evitar que se puedan cambiar los títulos sobre la marcha, al que cada lector podrá participar sólo una vez. El plazo para enviar las respuestas, a la dirección de correo electrónico igcarva@terra.es, concluirá el 16 de julio de 2012, justamente dos años desde que salió a la venta. En esa fecha, dará a conocer el nombre del acertante si es que lo hay.

En esta búsqueda de la afición lectora y el entusiasmo por la poesía, el autor malagueño también ha querido demostrar que es posible comprar libros de poesía sin acudir a las librerías, como «una forma de protesta» por el tratamiento que hacen los libreros con las obras poéticas. «Cuando se publica un poemario, los primeros cuatro días aparecen en el último rincón de las librerías y al quinto ya desaparecen de las estanterías», observa.

Para ello, Ignacio Caparrós ha convertido la mesa número 1 del bar Flor, ubicado en la calle Cervantes y frente a la plaza de toros de La Malagueta, en el punto de venta de Titúlame. A este establecimiento acude el poeta todos los días desde hace cuarenta años y es donde ha escrito toda su obra literaria.

Los interesados podrán adquirir el poemario en este local todos los días de la semana, de 20.30 a 22.30 horas, o también a través de su dirección de correo electrónico, enviando los datos postales y después se enviará el ejemplar contra reembolso y con los gastos de envío a cuenta del lector.

Para Caparrós, su trayectoria literaria ha estado llena de desafíos y éste es el «más loco de todos». Recuerda un ejemplo: Aguas sin cauces, un libro de poemas publicado por la Fundación Unicaja en 2005, compuesto por más de 800 versos sin un sólo verbo.