Si el miércoles pasado salían a la luz las primeras imágenes del cameo que la primera dama de Francia protagoniza en la película Midnight in Paris, del prestigioso Woody Allen, en las que se apreciaba que ambos se llevaban "increíblemente bien", ahora parece que no es oro todo lo que reluce y la relación entre director y actriz se ha tensado.

Carla Bruni interpreta el papel de la encargada de una galería de arte en la última película de Woody Allen, Midnight in Paris. Pero por lo visto, la faceta de ser actriz no se le está dando demasiado bien a la mujer de Sarkozy.

Según indican varios medios de comunicación, Bruni necesitó por lo menos 35 tomas para rodar una escena de diálogo libre en la que ella simplemente tenía que entrar y salir de una tienda llevando una baguette.

"Se resistía a no mirar fijamente a la cámara, algo que acabó irritando a Woody Allen", comenta una fuente anónima al periódico británico Daily Mail. "La escena de la baguette no podía ser más simple, pero Carla quiso hacerla grande", añadió.

El director "intentó en todo momento ser respetuoso" hacia la primera dama de Francia, "sobre todo desde que llegó rodeada de sus guardaespaldas".