La nueva Diputada Provincial de Cultura y Deportes, Marina Bravo Casero, tiene 28 años, los ojos verdes y las ideas bastante claras. Uno de sus primeros objetivos es hacer más visible la actividad cultural de la Diputación. Dice no llegar con ganas de cambios drásticos: se muestra más a favor de redefinir aquello que no funcione todo lo que debiera. Apela al ingenio y al esfuerzo en tiempos de crisis. Dotar de más vida a la Biblioteca Provincial es su gran apuesta.

¿Cuáles son las líneas generales con las que afronta el nuevo reto de capitanear la cultura en la Diputación?

Lo principal es que el Área de Cultura de la Diputación vuelva a aparecer. Creo que el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga le ha echado la pata a la Diputación en estos últimos años, y la Diputación tiene que volver a estar. Tenemos que estar en todos los pueblos y tocar en todas las puertas, pero también en la capital, donde ha bajado la presencia de la Diputación. En la provincia, la cultura se ha basado mucho en programar. Pero no todo es programar. Además, debemos canalizar los flujos de usuarios y ser más rentables.

¿Y qué alternativa propone a esa programación desmedida?

Tenemos que programar desde aquí y ayudar a los municipios a que programen mejor, a que se examinen un poco. Los ayuntamientos se han acomodado a la concertación, a lo que hay. Y no se preocupan en analizar si lo que les ofrece la Diputación les gusta a sus vecinos o no. Creo que la Diputación y sus técnicos deben estar ahí, encima del municipio para cambiar las líneas de lo que no funcione. Hay que dar lo que la gente demande.

Uno de los buques insignia de la anterior Diputación fue el apoyo al arte jondo, sobre todo a través de la bienal Málaga en Flamenco, que desapareció tras dos ediciones, y su extenso programa de actividades que sí ha permanecido hasta hoy.

El presidente [Elías Bendodo] tiene un interés muy grande en que se vuelva a hacer la bienal. Y en ello estamos, haciendo números. Intentaremos que sea más representativa de Málaga y que llegue al público. No vamos a organizar una bienal por cubrir el expediente. La queja que tenemos desde el mundo del flamenco es que siempre se movían a los mismos artistas, y hay que dar cabida a todos.

¿Se limitará el apoyo al flamenco a la bienal o habrá actividades los años en los que no se celebre?

Claro, aunque a otro nivel. No vamos a estar pensando en flamenco únicamente cada dos años. También la Diputación colabora en otros festivales, como el de Casabermeja y el de Alhaurín de la Torre. Son citas que vamos a seguir apoyando, porque, además, funcionan muy bien.

Apoyar al flamenco es cuidar nuestras tradiciones. ¿Cuidará también de los nuevos creadores y los lenguajes artísticos más rompedores?

Tenemos que apoyar a los creadores de todos los ámbitos. Aunque parece que está muy de moda apoyar sólo lo alternativo. Creo que tiene que haber de todo y para todos los públicos. Yo soy capaz de acudir a un festival de folclore y disfrutarlo y aprender, y del mismo modo asistir al Ojeando Festival y disfrutar muchísimo también.

La Diputación cuenta con muchos ciclos, circuitos y festivales. ¿Piensa eliminar lo que ya hay hecho?

No. Lo que sí podemos es modificar y redefinir. Hay cosas que se vician con los años, tanto en los festivales alternativos como en los tradicionales. Quizá sean los tradicionales, por el hecho de querer guardar la tradición, los que más se vician y en los que se programa siempre lo mismo. Ahí sí que hay que darle un aire nuevo y enfocarlo desde otra perspectiva.

¿Tiene en mente incorporar algo que considere imprescindible?

Para mí es muy importante la Biblioteca Provincial Cánovas del Castillo, que creo que es la gran olvidada. Es la única gran biblioteca pública de la capital. Y tiene unos fondos que debemos sacar a la provincia. Que la gente de los pueblos vengan a conocerlos.

¿Es cierto que no tiene pensamiento de asignar un director de área?

No. Acabaré teniendo uno, pero no sé cuando. Ahora mismo la necesidad no es tanta, ya que tengo dedicación exclusiva con la Diputación. El director de área es importante, pero si no se tiene tampoco pasa nada. Lo que yo reivindico, haya o no director de área, es que en la Diputación hay muy buenos técnicos que muchas veces quedan en un segundo plano.

¿Tiene ya el candidato para dirigir el Centro de la Generación del 27?

Tengo varios nombres, pero no voy a decirlos. El Centro del 27 es un servicio muy complicado porque es muy especial.

¿Cree que el Centro Cultural Provincial y el Auditorio de calle Pacífico son espacios bien aprovechados?

Están poco aprovechados. Ahora mismo, tal y como está la economía, es necesario que las compañías tengan un espacio. Habría que normalizar el uso de ambos centros. El Auditorio debe contar con una programación propia y acercarse a la calle. Si hiciéramos una encuesta, creo que muy poca gente saldría diciendo que conoce el auditorio de la Diputación.