En el nuevo disco se encuentran temas clásicos de Siniestro, Aerolíneas Federales y Los Feliz y además cantan «triunfitos» como Edurne y Mario Martínez, y «pijos» como David Summers y Modestia Aparte. El autor de «Bailaré sobre tu tumba» actúa esta noche en la Caseta Municipal de Estepona.

Su nuevo disco se titula Costas is back. ¿De dónde vuelve?

La mayoría de la gente me perdió la pista después de dejar Siniestro Total. Igual cometí el error de cambiarme el nombre por Los Feliz en vez de seguir llamándome Miguel Costas. Esa época también coincidió con Operación Triunfo y el interés de las discográficas por productos más comerciales. Y bueno, este disco es un poco para recuperar a la gente a la que le gustan mis canciones y para las nuevas generaciones.

Es un repaso a toda su carrera como compositor.

Sí. Ha sido complicado elegir las canciones. Es cierto que no tiene la nostalgia de las grabaciones originales, pero había algunos temas que no me gustaban cómo habían quedado y que quería volver a grabar. Y también quería que colaboraran otros artistas y amigos.

La nómina de colaboraciones es sorprendente.

Me siento bastante orgulloso de que todo el mundo me dijera que sí.

¿Es como un Papito, pero del rock?

No. Hay gente que me pregunta que cómo que me había puesto a cantar con gente de Operación Triunfo, pero no es ninguna imposición discográfica.

Muchos admiradores de Siniestro Total odiaban a Hombres G. Y ahora sale usted cantando con David Summers. ¿Le gusta provocar a sus seguidores?

Le voy a decir una cosa: David me dijo que él formó Hombres G un poco por Siniestro Total. Que quería un grupo así. Creo que no hay que ser tan radical en estas cosas.

Antes, la música y los estilos eran cosas muy serias. Y las posturas, muy radicales...

Pues habría que ser más radical ahora que nos están bombardeando con productos prefabricados. De todas formas, los estilos de Siniestro Total y Hombres G eran muy opuestos, pero entraban dentro de un mismo género: el pop-rock de bandas que componen sus canciones. Pero ahora solo hay productos que suenan todos igual. En los ochenta los grupos eran más espontáneos y tenían más personalidad. Se ha perdido el espíritu de rebelión.

Aunque los indignados han tomado ese espíritu en cierto modo.

Pero, al igual que me pasa con la música actual, veo este movimiento demasiado estándar.

¿Le gustaría bailar sobre la tumba de la SGAE?

Soy socio de la SGAE, como casi todo el mundo que hace canciones. No me voy a meter en temas políticos o judiciales, pero siempre he dicho que no me gusta la forma de reparto que tiene.