Pamplona ha dicho hoy adiós a los sanfermines entre los lamentos, cánticos y los bailes del tradicional "Pobre de mí", ante miles de ciudadanos apenados pero alegres y esperanzados porque "ya falta menos" para las fiestas de 2012, según dijo el alcalde pamplonica, Enrique Maya.

Un año más han sido miles las personas que, vela en mano, se han acercado hasta la Plaza Consistorial y sus inmediaciones para participar en el último de los 520 actos oficiales del programa festivo de este año, el que cierra 204 horas ininterrumpidas de jarana, aunque todavía son muchos los que consideran esta noche una más de los sanfermines.

Ante una plaza del Ayuntamiento abarrotada, puntual poco antes de las 24:00 horas y ante los ciudadanos que alzaban sus "pañuelicos" rojos al cielo, el alcalde Maya, acompañado por el resto de los concejales, ha salido al balcón desde el que hace nueve días lanzó el chupinazo, aunque ahora con un espíritu bien distinto.

Desde allí, y tras escuchar las 12 campanadas del reloj que daban por terminado el día, ha anunciado: "Pamploneses, pamplonesas, han acabado las fiestas de San Fermín", frase que ha sido recibida con un lamento unísono de los concentrados.

A ellos ha advertido que éstas, "una vez más, han sido unas fiestas espectaculares" y les ha agradecido su contribución a hacer de los sanfermines "las mejores fiestas del mundo".

En todo caso, el regidor ha señalado: "No tenemos que estar tristes porque muy pronto estaremos otras vez cantando la escalera de San Fermín", en referencia a la celebración que muchos hacen en los días en los que marca la conocida canción, el 1 de enero, el 2 de febrero, el 3 de marzo, hasta llegar al 7 de julio.

"Os emplazo a todos a que el próximo 6 de julio estemos en esta plaza para celebrar el inicio de las fiestas de San Fermín de 2012", para las que "ya falta menos", ha dicho Maya ante el regocijo generalizado de los pamploneses, quienes han coreado al unísono los "Viva San Fermín, Gora San Fermín" lanzados por el alcalde.

Tras despojarse del pañuelo rojo que con tanta ilusión se anudaron el pasado 6 de julio al escuchar el chupinazo, tanto la corporación como los pamploneses y visitantes han alzado al cielo este internacional símbolo de la fiesta pamplonesa para terminar recogiéndolo en alguno de los bolsillos o enroscándolo a la muñeca, a la espera de que dentro de 356 días, en el mismo lugar, vuelvan a comenzar "las mejores fiestas del mundo".

En todo caso, y pese a escuchar las palabras del alcalde que daban por finalizados los sanfermines 2011, los concentrados, dirigidos por una charanga, han alternado los cánticos de lamento, como el de "Pobre de mí que se han acabado las fiestas de San Fermín", con los alegres de "Ya falta menos" o "Uno de enero, dos de febrero...".

Los cánticos y bailes han sido secundados un buen rato por el alcalde y la corporación desde el balcón de la Casa Consistorial.

El acto, de gran colorido por la mezcla de las luces de las velas encendidas con el blanco y rojo de las vestimentas de los asistentes, ha sido para unos punto de partida de una noche especial, como es el caso de los camareros que durante los días anteriores no pueden disfrutar de la fiesta por estar trabajando, y para otros el toque de atención para recogerse definitivamente en casa y descansar de tanto día de juerga ininterrumpida.