La política y la enseñanza son las dos vocaciones de Miguel Ángel Ruiz. Licenciado en Historia por la UMA, compagina sus clases en el colegio San Estanislao y en un Curso de Experto Universitario de la Universidad, con la investigación sobre la historia antigua de Israel y su cargo de diputado en el Parlamento andaluz. Tras publicar Pinceladas de historia, acaba de presentar su Historia y Biblia.

¿En qué consiste Historia y Biblia?

Es un trabajo de investigación para conocer qué hay de histórico en los relatos bíblicos. En los últimos años, la investigación sobre la historia de Israel ha cambiado mucho, hay grandes avances en arqueología que nos ofrecen un panorama distinto al que había hasta ahora. Esto en los círculos académicos ya está bastante asumido, pero yo quería acercarlo al público general sin perder en absoluto su rigor académico.

¿Qué puede encontrar el lector de novedoso en este libro?

He dividido el libro en dos partes. Por un lado, la historia del pueblo, cómo surge Israel, y por otro, la historia de la religión. Hasta hace poco tiempo se pensaba que los relatos bíblicos tenían bastante de histórico. Las últimas excavaciones arqueológicas no es que nieguen la historicidad de la Biblia pero estamos descubriendo cuál es el hecho histórico que da origen al relato, que está mucho más magnificado. Siempre pongo el ejemplo de David y Salomón, que existieron realmente pero no tuvieron un reino tan grande ni tan poderoso como dice la Biblia, sino que más bien eran reyezuelos. Dos siglos después, el rey Josías va a querer dibujar un panorama grandioso de estos reyes para construir un reino similar. El objetivo es vender este nuevo reino como algo que existía -recuperar la pureza de los orígenes- a unas sociedades que le daban mucha importancia a la tradición.

Hoy en día es evidente que los textos bíblicos no se pueden tomar al pie de la letra, ¿es su libro una postura crítica a estos relatos?

Lo que quiero transmitir con este libro es qué pasó en realidad, qué nos cuenta la Biblia y por qué nos cuenta eso. No es que sea mentira lo que difunde, pero hay que entender el contexto en el que se escribe, que no es en el que suceden los hechos. No solo la arqueología nos descubre una serie de fuentes que nos hacen poner en cuestión lo que dice la Biblia sino que es el propio texto el que siembra las primeras dudas. Por ejemplo, refleja que Abraham, que vive en torno al 1.800 antes de Cristo, viene de Ur de los Caldeos, cuando los caldeos no existen hasta el año 800 antes de Cristo. Hay muchos casos de este tipo, muchos anacronismos.

Si nos ponemos a rascar... ¿Qué queda de la historia de Israel en la Biblia?

Para componer la historia de Israel hay en la actualidad cuatro posturas. Una la descarto, ya que dice que no se puede hacer historia de Israel porque no existen datos suficientes. De las otras tres, una es la de los minimalistas, que dicen que solo podemos basarnos en las fuentes arqueológicas y que el texto bíblico es completamente ficción. En el otro extremo están los maximalistas, que creen que la Biblia tiene razón salvo que la arqueología demuestre lo contrario. Entre ambas, está la postura más razonable, que es tomar las fuentes arqueológicas y como fuente secundaria los textos bíblicos pasándole el correspondiente filtro.

Teniendo en cuenta lo que es Israel en la actualidad y los conflictos existentes. ¿Podría aclararnos cuál es su origen?

Todo apunta a que en torno al siglo XIII antes de Cristo, Egipto deja de dominar la zona de Palestina y los palacios cananeos empiezan a florecer. La presión fiscal sobre los campesinos aumenta y comienzan a huir a las montañas. A estos campesinos se les llamará habirus, que tiene que ver bastante semánticamente con hebreos. Estos habirus se van a unir a los clanes de pastores que ya vivían allí de forma nómada y que se van a sedentarizar. También algunos semitas huirán de los trabajos forzados de Egipto y se asentarán en estas montañas, lo que se puede relacionar con el éxodo de Moisés que cuenta la Biblia. Esa nueva sociedad será el origen de Israel.