Más de cuatrocientos años de historia artística en mayúsculas que han estado en la memoria de los malagueños en el olvido más absoluto. La iglesia del asilo Nuestra Señora de los Ángeles, una joya de alto valor histórico artístico de los siglos XVI-XVII, guarda en su interior una de las tallas más genuinas del barroco malagueño, la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles.

Esta imagen mariana del XVI, que apenas se ha movido de su sitio en estos siglos, ha sobrevivido a duras penas el paso del tiempo. La escultura religiosa, realizada en madera estofada y policromada, preside el retablo de la iglesia del asilo, considerada «el único edificio barroco que se ha mantenido totalmente intacto hasta la actualidad al no perecer en los sucesos de 1931 y 1936», afirma el restaurador Enrique Salvo Rabasco, responsable de la empresa Aetos Restaura, que se encargará de la puesta en valor de esta pieza artística casi única de la Málaga barroca.

«La Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles es la única talla mariana del siglo XVI que ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días, junto a la Virgen de la Victoria y la de los Reyes en la Catedral de Málaga», detalla Salvo Rabasco.

Esta pieza, de autor anónimo, podría adscribirse al círculo de los escultores romanistas de la Sevilla barroca, explica el restaurador, quien en el proceso de documentación histórico artístico de la talla contactó con el historiador y vicepresidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga, Jesús Castellanos, y con el doctor de historia del arte de la Universidad de Málaga Juan Antonio Sánchez López, para conocer los pormenores de la historia del asilo de Los Ángeles, que se construyó en 1585 como convento franciscano y, en definitiva, el origen de esta escultura. «Málaga, en aquella época, realizaba la mayoría de los encargos de imaginería a Sevilla», agrega el experto.

Los trabajos de restauración de este valiosísimo ejemplo del barroco local se encuentran en la actualidad en plena fase de investigación, tras detectarse en varias catas un «retoque muy profundo», una capa de estuco muy gruesa que cubre a la Virgen en su totalidad y que ha cambiado su fisionomía original de «forma sustancial». «En la iglesia hemos encontrado una intervención en el XVIII, que es cuando se realizan las pinturas murales de la cúpula y el retablo. Posiblemente en esa fecha esta pieza sufrió una primera intervención y sospechamos que a mediados del siglo XX sufrió otra», cuenta Salvo Rabasco.

Estos descubrimientos y los próximos hallazgos obligarán a decidir, de «forma responsable y siguiendo criterios estéticos e histórico artísticos», si la Virgen recuperará su estado original, levantando todos los estratos añadidos, o mantendrá su imagen actual.

Para ello, la fase de documentación juega un papel fundamental en la recuperación de esta joya barroca. Para recabar toda la información posible de los archivos del asilo sobre las intervenciones anteriores en la talla, contarán con la colaboración de Luis Plaza, presidente del Patronato del asilo.