Desde el pasado mes de septiembre en la exquisita coctelería El Casino, ubicada en la popular y céntrica calle Pedro de Toledo, a escasos metros del Museo Picasso Málaga, se celebran unos singulares encuentros literarios que reúnen a la flor y nata de la intelectualidad local. Quien no conoce este local se pierde disfrutar de uno de los sitios mejor decorados de Málaga, poseedor de unos increíbles sofás chester, donde sumergirte cosmopolitan en mano para conversar, flirtear o negociar es uno de los mayores placeres para, al mismo tiempo, admirar su fantástica y sinuosa barra artesanal de madera cuyo frontal es una auténtica pieza, realizada por Oliver Brinkmann, uno de los hijos de uno de nuestros artistas más queridos.

En este escogido y selecto lugar, los últimos miércoles de cada mes, el equipo que conforman el galerista Pedro Pizarro, Juan Carlos Martínez y Alberto Medina se ha embarcado en un proyecto de poner en juego a un autor que se expone a la mirada, la palabra e incluso a la caricia de los que deciden acercarse a compartir estas veladas literarias cuyo título adopta un nombre muy plástico: el reflejo cóncavo. La primera de las sesiones la abrió el propio Pedro Pizarro que, como saben, hace poco presentó su primer poemario. Le siguió un homenaje a uno de nuestros escritores beats más importantes, Fernando Merlo, que contó con la participación de José María Baéz, Francisco Cumpián y Curro Fortuny. Luego por el ciclo han pasado Cristóbal Villalobos, Camilo de Ory y Justo Navarro.

Manifestación

El pasado miércoles el turno era para Alfredo Taján. Competía por la izquierda con una gran manifestación contra la reforma laboral abarrotada de indignados contra las medidas del gobierno y por la derecha con un apoteósico partido de la selección nacional contra Venezuela y él en el centro con el semblante firme y tranquilo, luciendo una preciosa corbata de seda roja, ante una sala llena de preciosas cabezas; sólo tiene palabras para hablar de la Málaga más cosmopolita, abierta, culta y, claro, literaria.

Leyó versos de sus poemarios, trató largo y tendido de su última novela, Pez Espada y puso dos temas de David Bowie, su gran ídolo. Su gran amiga, Inmaculada Gálvez, el escritor y colaborador de La Opinión de Málaga Guillermo Busutil; el director del Museo Picasso, José Lebrero; la fotógrafa Isabel Garnelo; la comisaria artística Elena Juncosa; el escritor Antonio Jiménez Millán; el diseñador Juan Carlos Rica o el artista Javier Calleja fueron algunos de los que participaron en el encuentro con él.

Participantes

La diferencia que tiene este tipo de coincidencias con los escritores es que los participantes intervienen en cualquier momento en el diálogo con el autor, es más una tertulia entre amigos que una lectura al uso. Las próximas citas serán con Francisco Chica e Isabel Pérez Montalbán. Por cierto, que las veladas cuentan con canapés a gogó para los asistentes, nada más recomendable para los lectores de esta sección.

Para próximas veladas se podría proponer la participación del joven poeta y escritor Cristian Alcaraz. Esta semana se prodigaba por Málaga (ya que lleva varios meses en Córdoba recluido en la Fundación Antonio Gala terminando su próximo poemario) para estrenar su primer texto teatral que se presentaba con gran éxito en el Teatro Echegaray de la mano de la compañía de teatro BajoTierra, cuya obra se titula Seres Queridos. Alcaraz es ya un imprescindible de las letras de nuestra ciudad y día a día su tenaz constancia y su entusiasmo vital le están haciendo valedor de una ascendente carrera.

Escritores

Con permiso del triunvirato organizador, otro de nuestros jóvenes escritores (que animo a descubrir) con más pinta de estrella del rock que de poeta es Alejandro Simón Partal. Coincidí con él hace unos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en la presentación de la editorial del fotógrafo Alberto García-Alix Cabeza de Chorlito. Yo acudí con mi amiga Florencia Rojas, que acaba de ser seleccionada por Descubrimientos de Photoespaña (una sección de este prestigioso festival que promociona los nuevos talentos de la fotografía internacional) para participar en la edición de este año y él venía acompañado por la cantante Christina Rosenvinge. Confieso que desde que la escritora malagueña Virginia Aguilar (que debe ser otra de las participantes en este necesario ciclo) me pasó su último libro publicado en Renacimiento, El guiño de la chatarra, su poesía me dejo altamente impactado.

En Málaga somos muy dados a dejar escapar el talento y no somos conscientes de que el futuro de una ciudad son sus gentes y sus brillantes cabezas pensantes llenas de entusiasmo. El miércoles en El Casino había mucho de esto. Se respiraban ganas, talento, modernidad y sobre todo elegancia.