Fue un referente en la industria juguetera española y fue un pionero en la estrategia comercial del sector. Se ttrata de Antonio Pérez Sánchez, fundador de Juguetes Geyper, fallecido hace una semana a los 94 años de edad.

Su firma alcanzó la popularidad en España gracias a los Juegos Reunidos y a Geyperman, dos ideas que marcaron un antes y un después en el sector. Su modo de trabajar era innovador para la época. Uno de los casos más reseñado es la aperturta a los mercados internacionales y las relaciones con empresas jugueteras japonesas como Tomy o británicas como Airfix. Tras disfrutar de un largo periodo como líder indiscutible, la crisis alcanzó a Industrias Geyper. No supo adaptarse a los nuevos tiempos y la empresa valenciana dejó de producir. En 1986, los impagos de la concesión de derechos de marca provocaronn el embargo de la compañía.

Quienes trataron con él comentan que se hacía llamar Don Antonio, ya que en pocas ocasiones permitía el tuteo. De este modo, personificaba el perfil clásico del empresario adinerado que no era habitual en España. Por ejemplo, recorría la capital del Túria en su espectacular Rolls Royce conducido por su chófer. Este «Geyperman» de carne y hueso comenzó su carrera profesional con Coblanca, una empresa constructora que levantyó numerosos edificios en Benidorm y era ocio del restringido club de finales de los años cincuenta en nuestro país, el de la alta burguesía.

Del walkie-talkie a los Juegos Reunidos. En las navidades de 1954, la empresa valenciana comercializó su primer gran hito: el walkie-talkie. Con el lema «el teléfono interplanetario», los niños se comunicaban a través de dos trasmisores entrelazados con un hilo de hasta cien metros. Este sistema no necesitaba baterias y estaba inspirado en la historieta de ciencia ficción Flash Gordon. El modelo fabricado por Geyper —acrónimo de Gerardo y Pérez, los dos socios fundadores— se convirtió en uno de los juguetes más imitados. Todavía, casi sesenta años después, podemos encontrar en las tiendas nuevas versiones. Eso sí, cada una más moderna y sofisticada que la anterior.

El siguiente juguete que salió a la venta fue Cadeko, unas construcciones con piezas atornilladas que emulaban el tradicional Mecano. Después llegó Juegos Reunidos, un producto que revolucionó la concepción clásica de los juegos de mesa. Era una idea sencilla y práctica pero se convirtió en un icono del ocio entre las generaciones españolas de la época.

Una misma caja reunía los juegos más populares del momento: el parchís, la Oca, el ajedrez o el Backgammon. Juegos de toda la vida ordenados en estuches independientes con sus fichas, tableros y libros de instrucciones correspondientes. Su formato fue evolucionando a lo largo de los años. En su primera etapa, Juegos Reunidos mostró su faceta más rústica: una caja de madera con tres tamaños distintos. Con el tiempo, la gama se fue ampliando y con ella, la cantidad de juegos que contenía.

El muñeco más polifacético. A finales de los sesenta y principios de los setenta, las jugueteras españolas vivieron un auténtico momento de esplendor. Industrias Geyper junto a otras firmas valencianas como Famosa conquistaron al pequeño público con juguetes innovadores y cada vez más reales.

En 1975 nació Geyperman, una figura de acción que acompañaba a su propietario en un sin fin de aventuras. Este muñeco se consagró como el competidor directo de Madelman —patentado por Industrias Plásticas Madel—. Soldados, submarinistas o pilotos entraban por tierra, mar y aire a los hogares españoles.

En el año 2002 Bizak retomó el legado de Antonio Pérez y llevó a las tiendas su juguete más repesentativo: el Geyperman. No obstante, se suspendió la producción tres años después. Lo que fracasó entre los niños, ha triunfado entre los mayores. Los antiguos fans del muñeco coleccionan los modelos originales e, incluso, los compran por Internet. Por eso, en noviembre de 2011 salió a la venta una nueva edición de entre 150 y 300 ejemplares por modelo.