Parece que muy pronto las ruinas del Cine Astoria podrán convertirse en un centro de creación para músicos y profesionales de las artes escénicas de nuestra ciudad. El pasado verano en mi visita a la ciudad de Berlín pude comprobar con mis propios ojos cómo funciona el proyecto que Feline Lang y Christoph Klemke regentan desde hace varios años en el popular barrio de Friedrichshain. Ellos desde hace tiempo pretenden que el Astoria se convierta precisamente en un espacio de cultura muy parecido al que poseen en la capital alemana, que conecte a los creadores malagueños con los berlineses en una especie de puente aéreo cultural.

Pues bien, el pasado miércoles recibían la visita del concejal de Cultura, Turismo y Deportes, Damián Caneda, que, al igual que yo el pasado mes de agosto, visitó las instalaciones de este centro de creadores y músicos donde suelen participar alrededor de mil artistas berlineses. Aunque la mayoría de los ciudadanos son contrarios a que los responsables políticos viajen y salgan de sus despachos municipales, soy de la opinión de que si muchos de nuestros mandatarios se tomaran la molestia de conocer buenas prácticas emprendidas en otras ciudades del mundo, la cosa nos iría de otra manera.

Según me cuentan los promotores, el propio Caneda se interesó positivamente por su iniciativa allí y por la que aquí llevan más de dos años trabajando. La diferencia de su proyecto en Berlín con el que presentarán en el concurso público que hay convocado para el mes de abril radica en que en el de la plaza de la Merced se concibe como un proyecto abierto a la ciudadanía malagueña y a los visitantes, no sólo a los artistas. Se plantea como un centro polivalente de cultura, abierto los siete días a la semana y las veinticuatro horas al día, donde la Fundación Picasso también dispondrá de un espacio .

En una ciudad sobrecargada de museos con pocas posibilidades de poder ofrecer una programación de calidad por la galopante crisis que atravesamos, se hace necesario en la misma plaza donde naciera uno de los artistas más universales de todos los tiempos, abrir un lugar dedicado a la creación escénica en todos sus géneros y formatos. El proyecto de estos alemanes que buscan el sol y el clima malagueño, pretende ser participativo y aunar cuantas iniciativas artísticas quieran integrarse; para ello ya han habilitado en una página web un espacio donde cualquiera puede presentar sus ideas o simplemente obtener más información sobre el mismo. También han abierto un concurso en Facebook para entre todos buscar un nombre a este nuevo centro escénico, en el caso de que fuese el proyecto elegido tras el concurso público -asunto que parece lo más probable-. A mí lo de que conserve el nombre de Astoria no me parece mal; es más, me gusta.

Entre los posibles emprendedores que buscan y por eso solicitan que se les envíen proyectos, se encontrará el restaurador que quiera hacerse cargo del Café Victoria, el empresario que diseñe la futura tienda de música, objetos de arte y tecnología que tendrá el propio edificio o la puericultora que estará pendiente de la guardería que pretenden que se instale para que artistas y visitantes puedan dejar a los más pequeños en un ambiente artístico mientras ensayan o disfrutan de una actuación: toda una revolución.

Locales. El futuro Astoria que han diseñado estos alemanes tendrá locales de ensayo donde poder instalar tu propio equipo de sonido o subarrendarlo a otros grupos desde quince a setenta metros cuadrados. Dispondrá de estudios de grabación, producción musical, sincronización y diseño de sonido y aulas de formación para que cada uno proponga su propia escuela de música, danza o teatro. También habrá un espacio para las profesiones más técnicas relacionadas con las artes escénicas (sonido, audiovisuales, luces…).

Pero el Astoria, según lo han pensado Feline y Christoph, será un espacio de encuentro de artistas y creadores con la ciudad de Málaga a través de sus dos grandes salas de actuaciones: la sala Astoria, de grandes dimensiones, y la sala Victoria, un poco más reducida. Allí tendrá lugar una variada programación cultural de teatro y música de diferentes géneros y formatos. Ellos lo tienen clarísimo y no les falta trabajo, ilusión y ganas. Están empleándose duro en buscar inversores para que el proyecto salga cuanto antes y la Plaza de la Merced sea un punto clave de creatividad y ambiente cultural en la ciudad.