Los tres académicos supervivientes se atrincheraron en la Biblioteca de la RAE. Malherido, el Director Épsilon Mayúscula se dejó caer junto al ventanal. Echó un vistazo a la calle:

-Se están reagrupando.

La académica honoraria Stigma se sentaba bajo un escritorio. Llevaba en sus brazos lo que parecía ser un bebé.

-¿De cuántas armas disponemos? -preguntó.

-Apenas algunas metáforas y onomatopeyas -dijo Gamma minúscula.

-¿Cacofónicas? -preguntó el Director Épsilon.

-Sí; algunos boom, ratata... Algún exotismo... ¡Pow!

Épsilon suspiró:

-Podríamos escapar. Guardo alguna elipsis en mi despacho.

-Épsilon, eras un pusilánime antes, y sigues siendo un pusilánime ahora -dijo Gamma minúscula.

Gamma era el único académico numerario superviviente. Excorresponsal de guerra, había dirigido la defensa del Edificio. Había visto a sus colegas caer, pero él no había recibido ni un rasguño. El rostro se le encendía de ira cada vez que gritaba retirada. Empuñaba un corrector ortográfico afilado en la mano izquierda y un escudo rectangular que rezaba María Moliner en la derecha.

-No serviría de nada negociar -respondió Stigma-. Hemos perdido y lo saben.

Gamma dejó escapar un gruñido. Cuando dos días antes, el director Épsilon anunciaba que no cederían a las presiones de los mnsjrs dl ftr0, cabeza visible de otros grupos anti-RAE («El lenguaje debe subordinarse a la tecnología, al habla coloquial y las buenas costumbres») nada presagiaba tan cruento desenlace. La declaración de Guerra pilló por sorpresa a los académicos, pero aún así supieron organizarse bien. Desplegaron un contingente de Talibanes de la Ortografía en primea línea de combate que mantuvo su posición, a pesar de los incesantes ataques. Carne de cañón, los llamaba Gamma. Aunque los Talibanes derrotaron a los dequeístas (firmes, pero anticuados en sus formas, con su lema «Pienso de que esta guerra la ganamos») no pudieron con la subsiguiente ofensiva de Subjuntivistas: Los Talibanes dudaban ante ellos, los Veían con los rostros de sus amigos, parientes..., y encogían el brazo... Aquella noche, se escuchaban las risas de los Subjuntivistas: «Qué bien luchemos hoy». Los Silenciosos (que afirmaban que la hache, al ser muda, podía situarse en cualquier parte de una palabra, u omitirse: e salido ha comer con hun ombrhe) Mantenían un estricto voto de silencio y practicaban el sigilo Ninja. La línea de defensa que Gamma situó a las puertas de la Academia, compuesta de lexicógrafos, filólogos, semiólogos, cedió ante ellos, ofreciendo dura resistencia.

Los últimos en caer fueron los Académicos. El Nobel cayó en una emboscada de HOYGANs en Lima. Estaban solos.

En el móvil de Épsilon zumbó un SMS: «Ntrgdnsl0»

-Jamás -dijo Gamma.

-Marchaos vosotros. Os perdonarán -dijo Stigma.

-Pero, ¿y tú? -preguntó Épsilon.

-Es una filóloga. La declararon anticuada y obsoleta. No tiene lugar en el nuevo orden lingüístico. ¿Qué crees que pasará?

Antes de que Épsilon pudiera responder, una ráfaga X de xq derribó la puerta.

-Bueno; pues hasta aquí hemos llegado, Épsilon, amigo mío. Ha sido un honor combatir a tu lado.

Los académicos se lanzaron escaleras abajo. Alguien gritó «rnd0s»; Stigma pudo escuchar el grito de Épsilon. Gamma no les dio esa satisfacción.

Los mnsjrs dl ftr0 se aproximaron a Stigma:

-Ntrgnsl0.

-Nunca.

La expusieron a un modismo hasta que expiró. Tomaron a la personita de sus manos inertes. No era un bebé; más bien un ser pequeño, de aspecto angelical. Había algo en su mirada que resultaba más antiguo que el mundo. Su aspecto, tan ambiguo; ¿era varón o hembra? Estaban desconcertados. De ser ése el tesoro que tan celosamente guardaba la Academia, no era lo que esperaban.

-Qn rs?

-Soy… GÉNERO. Femenino, masculino y neutro. Soy todas las cosas... Estaba aquí al principio de todo y estaré aquí cuando todo acabe.

-Rng dl ntr0.

-No puedo renegar de lo que soy; el Neutro es parte de mi esencia.

«¡Miembro o miembra!», gritaron los autodenominados Amigos de lo Políticamente correcto, un ala especialmente subversiva de la revuelta.

Jamás se supo qué fue de él. El nuevo orden lingüístico llegó al día siguiente. Se propuso rebautizar la sede de la RAE como Nuevo Babel pero habían suprimido la B por innecesaria. Se denominaría Nuevo Vavel.

Con V de vurro.