Jesús Ferrero nació en Zamora pero pasó su infancia y juventud en ciudades tan diversas como Pamplona, Barcelona, Ginebra, Madrid y París. Cultiva una novela culturalista pero no excluyente, con múltiples referencias históricas y mucha, muchísima imaginación.

La historia del miembro de los Rolling que se suicidó es el hilo que teje El hijo de Brian Jones (Alianza), la última novela de un autor que desde Bélver Yin (1981) busca caminos literarios poco transitados. El riesgo es un emblema del hombre cuya primera novela fue calificada por el prestigioso crítico Rafael Conte como «la primera obra más sorprendente, espléndida y fascinante de los últimos lustros de la literatura española». Ferrero es igualmente autor de una novela a modo de folletín que apareció en el diario madrileño El Independiente con el título de Un amor en Berlín, y de un libro sobre la cultura china, Pekín de la Ciudad Prohibida.

¿Qué hace un español como Jesús Ferrero escribiendo una novela tan británica y neoyorquina?

Tengo la ventaja de que los personajes son españoles, puedo entrar en su alma y lo que hace creíble una novela son los personajes. No hay ningún capricho cosmopolita, sino necesidad. Probé con Madrid y no funcionaba. Necesitaba que Alexis [el hijo de Brian] se disolviera en un gran anonimato. Nueva York era lo más coherente.

Pero no hay una visión idílica de Nueva York. Al contrario, resulta realmente aplastante…

Sí. Nueva York era un escenario adecuado también porque es una ciudad muy cínica y muy poco candorosa, tan poco como París. Por eso era ideal para un alma transparente y bondadosa.

De los Rolling Stones dice que, como Salvador Dalí, son traidores de clase: abandonaron la burguesía por la aristocracia.

Alguno me ha preguntado cómo es que Brian Jones se lía con una aristócrata española. ¡Pero si es que hubo un momento en que los Stones solo trataban a los pijos y los pijos a los Stones!

¿Realmente, la muerte es el remedio que sueñan todos los cantantes, como escribió en su momento Allen Ginsberg?

Es un verso que gusta mucho a los cantantes. Por algo será. El dolor de existir que han sentido algunos cantantes, como Jim Morrison, Brian Jones o Janis Joplin, quizá solo tiene el consuelo de la muerte.

¿Pero cree que puede haber mito sin muerte?

Sí, pero la muerte joven favorece la mitología del cadáver bello, que está ya en Homero, porque cierra una historia y todo mito es una historia cerrada que se puede contar en un minuto.

¿Escribir sobre Brian Jones y los Rolling Stones es por algún sueño perdido de juventud de ser estrella de rock, señor Ferrero?

Fue una fantasía muy frecuente en mi generación, pero yo me vi en seguida como escritor. Sabía que si salía bien permite también cierto flirteo con la fama sin ser agobiante. Sartre ya decía que puedes ir al quiosco a comprar el periódico en zapatillas y nadie te percibe.

Lleva 30 años en el mundo literario. ¿Cree usted que el riesgo ha dejado de ser un valor?

Sí, lo cual no quiere decir que no haya escritores que lo practiquen y que no les haya ido mal.

¿Los premios siguen siendo necesarios con una trayectoria consolidada como la suya?

Ahora una novela que no tenga su dosis de promoción desaparece en seguida y para siempre. Estamos en una época de gran devastación del mundo de la cultura, la crisis del mundo editorial empieza a ser cosa seria y por eso son necesarios.

¿Por qué seguir escribiendo? En su opinión, ¿La literatura puede ser una profesión?

Es una profesión, pero más tu forma de vivir. Uno siempre piensa que la siguiente vez lo hará algo mejor. No me importaría dejar veinticinco historias con una coherencia estilística y de fondo, con la esperanza de poder haber hecho tres personajes inolvidables.