Los alrededores de la plaza de toros de La Malagueta sirvieron de fuente de inspiración durante el pasado fin de semana para los participantes en el I Concurso Artístico Picassiano que organizaba la empresa del coso taurino dentro de su programa cultura.

En total fueron diecisiete los artistas de diferentes disciplinas los que formularon su inscripción en un certamen que contaba con la colaboración, entre otros, de La Opinión de Málaga. No obstante, fueron fundamentalmente los pintores los que plantaron sus caballetes para desarrollar sus obras de temática taurina. Así, según señalaron del la UTE Toros Malagueta en un comunicado, se consiguió «el objetivo marcado, ya que se ha creado una atmósfera creativa y bohemia alrededor de La Malagueta todo el fin de semana».

Los artistas se fueron fusionado con el ambiente, y pudieron así sentir el calor de los aficionados y turistas que improvisaban tertulias alrededor de los pintores y escultores. Entre ellos se encontraba Pedro Iglesias Asuar, artista malagueño autor de la obra titulada Chicuelina, y que se alzó con la primera posición. Así, un jurado compuesto por el diputado de asuntos Jacobo Florido, el reconocido pintor malagueño Andrés Mérida y Manuel Martínez fallaron a su favor. Por su parte, el segundo premio y tercer premio fueron a parar igualmente a pintores malagueños: Oscar Agudo Martín y Francisco Aguilar.

Con esto, ya se dispone de cartel para la quinta edición de la Corrida Picassiana, que se celebrará el próximo año.

El Fandi como inspiración. La obra de Pablo Iglesias se inspira en un quite por chicuelitas realizado por el diestro granadino David Fandila El Fandi en la II Corrida Picassiana celebrada el 3 de abril de 2010. En ella, el matador luce un vestido de torear con rombos de inspiración picassiana.

Pedro Iglesias Asuar es un pintor autodidacta nacido en Madrid en 1958, aunque residente en Málaga desde 1985. Es miembro y fundador del Grupo de Artistas Plásticos de Málaga ‘Vivelarte’; además de diplomado en Ciencias de la Educación y profesor de dibujo y pintura.

Desde la organización de este primer concurso se apuesta por su continuidad, para «así consolidarlo dentro del programa de actividades culturales que se desarrollan alrededor de la corrida Picassiana, e incluso en poco tiempo, conseguir la participación en el mismo de artistas internacionales».