El Festival de Málaga Cine Español afronta en ésta su decimoquinta edición una de sus citas cruciales. Los malos resultados artísticos de la convocatoria pasada –con una sección oficial duramente criticada por la prensa–, recientes problemas de gestión y desajustes financieros obligan a que Carmelo Romero y su equipo, al frente de su segunda etapa en el timón del certamen –después de renovar su contrato el verano pasado–, cuajen una temporada de mucho más relumbrón. Pasemos revista a los elementos fundamentales de esta esperada edición.

Dineros, problemas. Durante los últimos meses, el Festival de Málaga ha copado las páginas de los periódicos por factores extracinematográficos. El Ayuntamiento se vio obligado el pasado año a salir al rescate de la sociedad del Festival de Cine, a través de una modificación de crédito, para salvar las cuentas del certamen.

Así, en septiembre de 2011, el Consistorio acordó inyectarle al festival una nueva partida de 1.743.962 euros, cifra se unía a los 2,3 millones de la aportación municipal en los presupuestos de ese año y a otro añadido de 300.000 euros. De este modo, las arcas municipales pusieron en las cuentas del festival en 2011 una cifra superior a los 4 millones de euros.

Además, Carmelo Romero se deshizo de dos de sus colaboradores, Antonio Luque y Franjo Parejo, tras retirarles su confianza; hubo bastantes más despidos, algunos de ellos tildados ya de improcedentes por la Justicia, otros aún dirimiéndose en altas instancias.

Nada de ello impidió que el Ayuntamiento de Málaga renovara su confianza en Carmelo Romero, que debe reivindicarse en esta edición del certamen como el capitán seguro para dirigir el rumbo de una cita que durante muchos años ha estado algo perdida y desdibujada.

Quienes dan los dineros. El Ayuntamiento de Málaga es el que más dinero destina en su festival de cine de cuantos ayuntamientos con festivales hay en España. San Sebastián, el certamen con mayor presupuesto de nuestro país (7.100.000 de euros), solo recibe de su ayuntamiento un millón. En cambio, el Festival de Málaga Cine Español recibió del Consistorio 2,3 millones en 2011 y recibirá 2,1 millones este año. Los patrocinadores y el resto de instituciones, fundamentalmente, el Ministerio de Cultura –la Junta de Andalucía ha esgrimido la crisis económica para retirar su aportación a la cita–, siguen rascándose demasiado poco el bolsillo para apoyar la, recordemos, única cita de nuestro país dedicada íntegramente a la promoción y difusión del cine español. Porque, como sabiamente ha declarado en diversas ocasiones el alcalde, Francisco de la Torre, «no es misión de este Ayuntamiento fomentar la producción de películas españolas». No, no lo es. Y por eso el sector e, insistimos, otras instituciones deberían corresponder a la importante inversión municipal malagueña. El Ayuntamiento desarrolla un esfuerzo notable temporada tras temporada, y parece que nadie quiere arrimar el hombro para aligerarle el peso.

Recortes. ¿Cómo no íbamos a hablar de los recortes si hasta se organizó una rueda de prensa festivalera dedicada monográficamente a glosar los tijeretazos en unos tiempos éstos en los que cualquier merma presupuestaria cultural es celebrada como un éxito de gestión? Se han programado menos exposiciones, no habrá publicaciones, la lista de invitados ha sido reducida y parece que habrá menos jolgorio en este inminente Festival de Málaga: el año pasado ya suprimió su fiesta de clausura –no la gala– y este año suma al recorte la fiesta de inauguración –la gala se mantiene, claro–. Para ahorrar. Eso sí, durante la presentación de los contenidos del certamen en Madrid sí hubo canapés y fiestuqui.

Las películas. Después del fiasco del año pasado, con una sección oficial paupérrima, indigna de un certamen con entonces 14 años de historia, lo cierto es que la selección de esta temporada resulta, a priori, mucho más apetecible, con nombres sólidos –Daniel Burman, Patricia Ferreira e Imanol Uribe, entre otros– que equilibran la balanza de la habitual nómina de debutantes. Porque no es obligación del Festival traer películas, digamos, buenas, pero sí representativas, y hasta ahora se proyectaban aquí casi exclusivamente películas de los márgenes de nuestra cinematografía, con muy poco mainstream. Ojalá el certamen empiece a ganar el peso en los despachos y en los corrillos de la industria, los de las capitales como Barcelona y Madrid, que hasta ahora no ha sabido, querido o podido lograr. Es una lucha necesaria.

Nuevas iniciativas. Lo que nunca se ha podido negar a los diferentes equipos que han diseñado y coordinado el Festival de Málaga es su capacidad para sumar iniciativas a su parrilla. Este año, por ejemplo, tenemos un concurso paralelo de películas de animación, dedicado a avalar la buena salud del sector en nuestro país. Poco a poco, el certamen va añadiendo propuestas y sugerencias que incrementan los estímulos de su programación, con la idea de que ésta le resulte atractiva a los más variados públicos. ¿Que hay demasiado donde elegir, que uno se pierde muchas cosas? Bendito gigantismo.

Coyuntura, fe. El cine español, afectado por la crisis económica y los recientes y brutales recortes anunciados por el Ejecutivo de Rajoy, tiene, precisamente por la mala coyuntura, mucha fe en el Festival de Málaga de este año. Ojalá que se congregue el sector aquí y, sobre todo, que cuando engorden un poco las vacas –si es que ha habido alguna vez obesidad en el cine español– se acuerden de que aquí hay un festival dedicado por entero a nuestro celuloide. Así lo esperamos todos.

CIFRAS DEL FESTIVAL DE MÁLAGA2,1 millones de presupuesto del Festival La austeridad marca esta nueva edición del Festival de Málaga, cuyo presupuesto es de un total de 2,1 millones de euros. Un 20 por ciento menos que la anterior edición, que ya de por sí tuvo una inversión a la baja.1,5 millones es la aportación del Ayuntamiento Es la aportación económica exclusivamente municipal a la cita malagueña con el cine español. O sea, algo más del 70 por ciento.40.000 euros es la aportación anual de Antena 3La cadena de televisión es el máximo patrocinador del Festival.1.000 medios acreditadosLa cifra de medios de comunicación acreditados (periódicos, radios, televisiones y paginas web venidas de todo el país y el extranjero).52 películas en las secciones oficialesUn número considerable de películas seleccionadas en los diferentes concursos proyectados por el Festival de Málaga –a los que se ha sumado este año Animazine, dedicado a las producciones de animación–. Un completo, al menos numérico, escaparate de la producción nacional que pretende satisfacer los más variados paladares.1día menos. Se mantiene la reducción de la agendaSe mantiene la reducción en una jornada instaurada hace dos años por la crisis económica.2 exposiciones. Muestras en la ciudadUna partida que ha soportado un buen tijeretazo: de las ocho muestras de la temporada pasada a las dos de la presente.