­Aún quedan algunos meses para que Carlos Saura inicie el rodaje de su nuevo proyecto, el filme 33 días, basado en la creación del Guernica, la popular obra de Pablo Picasso –que encarnará Antonio Banderas en la pantalla– pero los vecinos de la localidad vasca que sufrió el bombardeo de la legión Cóndor alemana durante la Guerra Civil ya han visto pasear al realizador de Peppermint frappé por sus calles en busca de las localizaciones.

Será el 12 de septiembre cuando Saura baje la claqueta de inicio de rodaje en Guernica, el origen de la pintura mural que Picasso creó el ático de la parisina Rue de Grands Augustins en 1937. En los días que el genio malagueño compuso su obra más conocida –un total de 33 jornadas, de ahí el título del filme–, Picasso vivía montado en una montaña rusa sentimental en cuyas curvas más pronunciadas se encontraban su mujer Olga Koklova, Marie-Thérèse Walter, con la que tuvo a su hija Maya, y su amente Dora Maar, que encarnará la actriz norteamericana Gwyneth Paltrow.

Este triángulo amoroso condujo al autor de Las señoritas de Avignon a la crisis creativa más pronunciada de su carrera. Quizás para reflejar esta situación, que llevará al pintor a reflexionar sobre su propia vida, la cámara de Saura se traslade a Málaga, donde Picasso vivió sus primeros años y se inició en la pintura. Banderas ha expresado en repetidas ocasiones que intentará convencer a Saura para que ruede en la ciudad natal. Parece que lo ha logrado.

El actor malagueño también ha confesado estar ensayando y trabajando su papel con mucha intensidad, ya que su deseo es ofrecer una interpretación creíble del genio malagueño y porque, como reconoce, está obsesionado con «conectar» con la personalidad de su paisano.

«Es un personaje al que adoro. Es de mi tierra y siempre ha sido para mí algo fascinante, que he seguido siempre. Tenía una seguridad extraordinaria que yo no tengo, aunque he ido ganando poco a poco con los años. Era un creador nato que defendía su espacio», confesó Banderas al diario mexicano Excélsior.