La Fundación Cueva de Nerja ha afirmado hoy que datará con la técnica del uranio-torio las seis pinturas rupestres que representan a focas, que podrían tener una antigüedad de 42.000 años y situarse como la primera obra de arte de la humanidad.

Esta técnica podría probar que estas seis pinturas de la cueva malagueña no habrían sido realizada por sapiens, sino por neandertales.

Es la primera vez que las pruebas van a afectar directamente a las manifestaciones artísticas, ya que lo que se ha datado hasta la fecha son restos de carbones aparecidos a diez centímetros de las pinturas, cuyas pruebas de datación, desarrolladas en Miami (EEUU), establecieron una antigüedad de 43.500 y 42.300 años.

A raíz de estos datos, el profesor de la Universidad de Córdoba José Luis Sanchidrián, que dirige un proyecto multidisciplinar de investigación de la cueva, afirmó que las pinturas existentes en la galería alta podrían constituir la representación artística más antigua del mundo.

Esos carbones estarían relacionados con la iluminación de las pinturas, bien para realizarlas, o bien para verlas, lo que supondría que pueden ser incluso más antiguas, de la época de los neandertales.

La Fundación Cueva de Nerja ha explicado en un comunicado que la datación con el método del uranio-torio permitirá el análisis de los sedimentos inorgánicos y consistirá en recoger muestras de la película de calcita que se crea sobre las pinturas rupestres, evitando así su deterioro.

Las dataciones se llevarán a cabo gracias a la colaboración con un proyecto del Ministerio de Cultura francés, que está estudiando distintas cuevas españolas, entre ellas la de Nerja, que suma un total de 695 representaciones pictóricas, de las cuales en torno a un 10 por ciento corresponde a pinturas figurativas.

El próximo agosto, investigadores españoles y franceses, dirigidos por Sanchidrián, ejecutarán unas veinte dataciones de uranio-torio, una técnica muy fiable para fechar restos de hasta 80.000 años, en las pinturas de la gruta nerjeña, incluyendo las citadas que representan a focas.

Un equipo comandado por el británico Alistair Pike ha utilizado recientemente este método para datar pinturas de cuevas del norte de España y ha determinado una antigüedad de 35.600 años para las de Altamira y 40.800 años para las de El Castillo que, de momento, son las más antiguas del mundo.

Por otro lado, y también en agosto, la Fundación llevará a cabo entre quince y veinte dataciones con radiocarbono AMS a restos orgánicos ya estudiados, con el objetivo de corroborar los resultados de cuarenta estudios anteriores que fechaban restos de luminarias fijas entre los 35.000 y los 42.000 años de antigüedad.

La Fundación ha precisado que estos trámites se encuentran pendientes de la aprobación anual por parte de la Consejería de Cultura, que dio el visto bueno al proyecto multidisciplinar en 2008, y que se espera que se pronuncie en breve sobre estas nuevas operaciones.