Me duele leer que el proyecto que iba a convertir el antiguo Palacio del Marqués de la Sonora en un hotel de cinco estrellas se haya ido al garete.

Me duele porque el edificio que ordenara construir Félix Solesio, un ligur genovés, artífice de la creación de Arroyo de la Miel y de la fábrica de naipes de Macharaviaya, mientras no se demuestre lo contrario fue obra del arquitecto José Martín con quien me unen lazos mucho más que familiares.

Según la profesora Rosario Camacho en su Guía Histórico-Artística de Málaga, el edificio fue la obra civil más importante de la ilustración en nuestra ciudad, razón por la que creo que la pérdida debería dolernos a todos. Me duele que se siga nombrando al edificio como de los Gálvez, sin duda por una afirmación de Díaz de Escovar, errónea a todas luces, pues el número 61 de la calle Granada nunca fue de su propiedad.

Me duele pensar que quizás a partir de ahora el edificio se muera para siempre y que alguien que luchó tanto por su rehabilitación como el arquitecto y urbanista Moreno Peralta no vea recompensado su esfuerzo.

Por todos ellos y por mi familia, confieso que me duele€aún no siendo futbolero, bien vale ver el partido ese día.