La Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) vivió durante la pasada temporada una crisis entre los músicos y el director titular, Edmon Colomer, que lejos de suavizarse con el tiempo ha acabado en los juzgados con una demanda por parte del violinista eslovaco Jaroslav Copak, presidente del Comité de Empresa de la formación musical, a quien se le ha sancionado con 69 días de suspensión de empleo y sueldo por faltas de conducta, asistencia y vestuario.

Copak, que forma parte de la OFM desde su creación en 1991, fue relegado el pasado 26 abril de la primera a la segunda sección de violines por parte de Colomer, quien comunicó a la gerencia de la orquesta lo siguiente: «El maestro Copak no tiene el nivel profesional mínimo exigible para defender el papel que le corresponde en la sección de violines primeros. La permanencia de este profesor en la sección de violines primeros, aparte de contribuir al debilitamiento de la calidad de la sección, es un serio obstáculo para la imagen y la credibilidad de la orquesta».

Esta bajada de categoría se produjo semanas después de que la Comisión Artística de la orquesta -hoy desaparecida-, tildara de «fracaso total» la programación de las dos temporadas diseñadas por Colomer, al considerarlas «poco digeribles y atractivas para los oyentes». El violinista y presidente del Comité de Empresa de la OFM considera por tanto, y así lo comunica al juzgado de los social, que las acusaciones que dieron pie a las sanciones impuestas «son totalmente falsas», estando éstas motivadas por una animadversión de los responsables de la empresa hacia él «dada su actividad sindical». «Los músicos estamos preocupados por la pérdida de espectadores.

Colomer no ha querido escuchar las opiniones de los músicos a la hora de proponer ideas para diseñar la temporada. Por eso ha eliminado la Comisión Artística y quiere ahora revocar el Comité de Empresa, para hacer lo que le dé la gana sin consultar a nadie. La Filarmónica se ha convertido en una dictadura. Si alguien no está conforme con lo que hay, se le aparta», sostiene Jaroslav Copak, que reclama la intervención del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en este conflicto como presidente del consorcio. «El alcalde no debería haberse lavado las manos en este asunto».

El Comité de Empresa de la OFM tiene contabilizados, hasta principios de agosto, un total de 618 abonados para la nueva temporada, una cifra que dista mucho de los 1.200 que se registraron hace años. Pero la fidelidad hacia la propuesta de la primera orquesta de la ciudad ha ido menguando poco a poco -en 2009 se despacharon 920 abonos, cifra que se redujo a 800 en 2010-, por lo que la preocupación entre los profesionales de las partituras parece comprensible.

Amigos de la OFM. La presidenta de la asociación Amigos de la OFM, Ana Torralba, entiende que la programación elaborada por Colomer la temporada pasada fue «arriesgada pero valiente» y sostiene que culparle no tiene sentido. «Está haciendo muchos esfuerzos. Es normal que a los músicos les preocupe la asistencia de público, pero no podemos estar siempre escuchando lo mismo», argumenta.

Torralba sí que echa en falta mayores ventajas y flexibilidad para aquellos que decidan comprar un abono de temporada al igual que una «mayor promoción» de las actividades de la orquesta.