Un "gesto de amor" de Bon Jovi por sus fans españoles ha hecho posible que la banda ofreciera esta noche sin cobrar y ante 50.000 personas tres horas de rock, músculo escénico y sentimentalismo. Lo de si, como prometían, ha sido su concierto "más espectacular" en España, queda para el debate.

"No ha estado mal, pero tampoco ha sido el mejor", observaban algunos de sus seguidores más acérrimos desde el graderío ante un despliegue de medios impresionante y un repertorio trufado de temas de todas sus épocas, concebidos aparentemente para reivindicar su posición en la música y, como reza el título de la gira, porque pueden ("Because we can").

Quizás no ha sido su show más memorable, pero probablemente sí el que más expectación ha despertado en los últimos años, incluso fuera de España, después de anunciar que tocarían gratis y que, gracias a eso, el país no se quedaría fuera del tour, con entradas a un precio máximo que no superó los 40 euros.

¿Resultado? Todas las entradas agotadas en un estadio Vicente Calderón a rebosar, un día después de que los de Nueva Jersey actuaran en Lisboa, con entradas que llegaron a los 295 euros.

"Buenas tardes, mi familia especial. Os doy las gracias por vuestro apoyo durante todos estos años. Estamos con vosotros y vosotros estáis con nosotros", ha dicho Jon Bon Jovi en sus primeras palabras a una audiencia que le ha respondido con un mosaico de colores en el que podía leerse eso mismo: "Gracias".

Para darle más empaque mediático a la cita, faltaba Richie Sambora, que dejó la gira hace semanas por "motivos personales", una abstracta argumentación que sus compañeros no han querido concretar hoy más.

Sea como fuere, los que han venido han llegado con la vitola de héroes, lo que explica la cazadora a lo Capitán América de Bon Jovi, que ha acabado la cita con la no menos orgullosa camiseta de la selección española de fútbol, clasificada para la final de la Copa Confederaciones.

La exhibición de músculo escénico comenzaba mucho antes en cualquier caso, con una alfombra roja más propia de un gran estreno de cine, para captar las explicaciones de los integrantes del grupo en su trato de favor a España.

"Los españoles cantan más fuerte que los fans de cualquier otro lugar", destacaba el batería Tico Torres, que quitaba importancia al dinero que han dejado de percibir. "Nosotros les debemos muchas cosas a los españoles y ahora tocaba ayudarles a ellos", ha añadido.

Y han llegado con todo, a saber: 1,8 millones de vatios de potencia y 115 camiones para transportar toda la infraestructura, entre ella, el enorme escenario de 34 metros de ancho que representa el frontal de un Buick Electra 225 de 1959, para algunos "un tanto hortera".

Entre el público, como bien corresponde a una de las bandas más discutidas y a la vez más amadas del rock, gente de todo pelaje, la que cabe en esa infinita línea que separa a un "heavy" de un pijo, con mucha niña mona, otras no tan niñas, y hasta una hermanísima real.

Tampoco han escatimado en un repertorio que, lejos de abundar en su último disco, "What about now" (2013), se ha recreado en toda su carrera, desde aquel "Bon Jovi" con el que debutaran en 1984.

Así, tras interpretar uno de los nuevos, "That's what the water made me", enseguida han soltado "You give love (a bad name)", "Runaway" e "It's my life", tres de sus clásicos más importantes, en un primer tercio de altura, coronado con un chisporroteante duelo de guitarras final en "Keep the faith".

Hasta las lentas han sido del agrado del público y con "(You want to) male a memory" y "Bed of roses" se ha escapado un suspiro general ante las sonrisas cómplices del guapo Jon Bon Jovi, que se ha mantenido incombustible toda la velada, igual que Tico Torres, a porrazo limpio con las baquetas.

Tras una zona media que ha caído en cierta linealidad, con temas como "Who says you can't go home" y "I'll sleep when I'm dead", el final ha vuelto a ser de altura a partir de "Bad medicine".

Ya en los bises, muy largos, la cosa ha remontado y además del consabido final con "Have a nice day" y "Livin' on a prayer", el grupo ha tenido un último detalle, regalando "These days" y el "Always" que negaron el día anterior a los lisboetas.