El escritor salmantino Andrés Catalán ha sido el ganador de la decimocuarta edición del Premio de Poesía Emilio Prados, convocado por el Centro Cultural de la Generación del 27 para autores menores de 35 años, con su obra "Ahora sólo bebo té", según el fallo del jurado dado a conocer hoy.

Catalán ha mostrado en conversación telefónica con Efe su "ilusión" por recibir un premio otorgado por esta institución, en un momento en el que está ultimando su tesis doctoral, precisamente sobre la Generación del 27, y por los miembros del jurado, presidido por Pablo García Baena.

"En el jurado hay voces que admiro, especialmente García Baena", ha afirmado el ganador, que cree además que "no es poca cosa añadirse a la lista de ganadores anteriores", en la que hay "nombres importantes como Carlos Pardo, Josep María Rodríguez o Rafael Espejo".

Ha explicado que su poesía "tiende a ser fría y reflexiva", porque se considera "muy malo escribiendo poemas de amor al uso", y busca que el poema "sea más una muestra de inteligencia que de sentimiento".

El libro ganador tiene dos partes, una primera que parte "de una anécdota tonta y banal, una taza de té que alguien regala a alguien", y de la que surgen "reflexiones sobre la ausencia y la presencia del objeto y la ausencia de la otra persona", según Catalán, que dedica la segunda parte a una de sus "obsesiones", la pintura y "la distancia entre el que mira y lo mirado".

Por su parte, el miembro del jurado Carlos Marzal, Premio Nacional de Poesía, ha señalado en el acto de lectura del fallo que la cita inicial del libro, de Wallace Stevens, "da la pista al lector" de que ésta es "una poesía más de la inteligencia que de la emoción".

Por tanto, se trata de una poesía "analítica y reflexiva, en la que el asunto principal es el enfrentamiento de la conciencia del autor con el mundo exterior, con las cosas".

"Es una poemario plagado de textos de un análisis minucioso de la perplejidad que produce al poeta el enfrentamiento diario, el roce, con lo real y los objetos cotidianos, y con una sección final dedicada a la contemplación de la pintura de Antonio López", ha añadido Marzal.

Todo ello se desarrolla "con una gran finura estilística, con mucha inteligencia y con cierto distanciamiento", porque la de Catalán "no es una poesía de grandes énfasis, sino de sugerencias y de sutilezas, más de insinuación que de declaración".

A esta edición del Emilio Prados, dotado con 6.000 euros y la publicación del libro por la editorial Pre-Textos, se han presentado 107 obras, algunas procedentes de París, Bruselas o de países como México, Colombia, Uruguay, Venezuela o Ecuador, por lo que ha sido una convocatoria "exitosa por el número y por la calidad y el jurado ha decidido entre obras de un nivel excelente".

"La alegría del lector es encontrarse con un texto que le pone en diálogo con la inteligencia y la sensibilidad al otro lado, y la alegría del miembro de un jurado es encontrarse buenos textos y, sobre todo, con uno que, después de las deliberaciones, termina siendo el ganador", ha resaltado Marzal.