Según cuentan desde los sectores afectados, la exigencia de Trabajo de regularizar la situación de los músicos y artistas que actúan en bares y salas es obviada en primera instancia por las administraciones, que no suelen contratar a los artistas locales a los que solicitan para las programaciones de actividades como la Noche en Blanco, la Feria o el Festival de Málaga Cine Español. «Llevamos tocando 5 años y a nosotros nunca nos han hecho un contrato laboral», sostiene Dani, que además de regentar el Drunk-O-Rama es componente del grupo Puño Americano and his Puñettes.

Para Javier Ojeda esta situación le resulta esperpéntica y lamenta que «ahora que Málaga crece como destino cultural, sea la música la gran olvidada». «Málaga puede presumir de cultura, hay que reconocer lo que se está haciendo, pero en música está fallando», argumenta el líder de Danza Invisible. El guitarrista Fran Pacheco cree que el dinero es el último motivo que mueve a un músico a dedicar horas y horas a preparar sus actuaciones: «Ojalá sacáramos dinero con la música, pero lo que se gana es ridículo. Lo que pasa es que hacemos lo que más nos gusta. Si fuera por el dinero ya habríamos dejado las guitarras colgadas hace muchos años».