¿Cómo nace Fun Parade?

Es un encargo de Antonio Zaforteza, el consejero delegado de Port Adriano. Contactó con nosotros porque pensaba que al puerto le hacía falta una línea de entretenimiento cultural. Teníamos varias propuestas y empezamos a trabajar con este espectáculo a principios de enero. Aunque, más que hablar de espectáculo, podríamos decir que hemos creado un ambiente teatral itinerante que consiste en un desfile de objetos y situaciones que tienen que ver con el mar.

¿Cuándo le veremos con sus compañeros del Tricicle?

En septiembre continuaremos con Bits. Para este espectáculo hemos utilizado el mundo digital como hilo conductor, pero no es una crítica a internet. Nosotros continuamos inspirándonos en la cotidianidad para hacer humor. Somos unos observadores de la vida. Luego la pasamos por nuestro filtro.

Jordi Évole, Buenafuente, Berto Romero, Forges, Dani Mateo, Silvia Abril, el Tricicle. ¿Los catalanes tienen mucho sentido del humor?

Muchísimo. Casi todas las míticas revistas satíricas estaban radicadas en Cataluña. Y muchas compañías como Comediants, La Cubana, Els Joglars o las T de Teatre son catalanas. En Cataluña hay mucha tradición de comedia. En cada pueblo se hace desde hace mucho tiempo la función de Els pastorets, que es una versión del nacimiento de Cristo tratada con humor. En general, creo que somos un pueblo muy trágico pero con un punto cómico muy fuerte. Cada vez que sucede algo en el país, como por ejemplo la abdicación del Rey, la gente de a pie demuestra una magnífica rapidez mental con las bromas. Basta ver las redes sociales.

¿El Tricicle optó por el teatro de gesto porque ya hay demasiadas voces en el mundo?

En el mundo hay crispación y la crispación provoca que la gente grite. Una cosa es hablar y la otra gritar. Lo que yo creo que le falta al mundo es humor. Y en muchas ocasiones el silencio es un bálsamo. El humor nos permite ser menos trascendentes y llegar más fácilmente a un entendimiento con la gente, que es algo que cuesta mucho en este país. Nuestros políticos no tienen ningún sentido del humor.

¿Por qué el Tricicle no ha practicado nunca el humor político?

Nosotros hacemos un humor más atemporal, más cercano a la gente y que quizá es más balsámico. El otro, el político, tiene más mala leche. Y nosotros no somos nada agrios. Los Monty Python decían que hay que ver la parte brillante de la vida. Y eso hacemos.

¿A qué compañía le van a pasar el testigo?

Hay bastantes que hacen lo que nosotros hacemos. Grupos que beben del circo y del cabaret. Yo creo que hemos influido en mucha gente, en actores conocidos también.

Lo que ustedes hacen recuerda mucho a los sketches del cine mudo.

Es que nuestra inspiración es muchas veces el cine. Si te fijas, el 70% del cine de Hitchcock es pura acción, como En busca del arca perdida. Nosotros trabajamos a partir de un guión muy cinematográfico del que muchas veces dibujamos los storyboards.