Estar veinte años en la cresta del rock and roll en este país es, sin duda, algo que hay que celebrar.

Bueno, sí. Cualquier proyecto vital que cumpla años merece celebrarse. Por suerte, en este país contamos con gente que lleva más de veinte y más de treinta en esto. Pero sí, somos de esos pocos afortunados.

¿Cómo llegáis a uno de los mejores momentos de la banda después de dos décadas?

Nos sorprende porque hemos vivido altibajos, hemos tenido momentos de más fama, de vender muchos discos... Después hemos tenido etapas más tranquilas... Y es cierto que ahora estamos como en un sitio privilegiado. La gente sabe reconocer todo el esfuerzo y quiere estar junto al grupo en esta celebración. Somos un grupo que nos hemos ganado el cariño del público a base de tocar y hacer lo que realmente queremos.

¿Ha sido duro el camino?

La música es como cualquier otra cosa en la vida: tienes que pelearlo. Aunque el tópico dice que triunfar es fácil y que lo complicado es mantenerse, no creo que sea así. Triunfar tampoco es fácil. Y sí que es muy difícil mantenerse, más que en triunfar. Lo que uno debe pensar es si esto es lo que realmente quieres hacer y si eres honesto con ello. En nuestro caso ha sido así.

El éxito también tiene su doble filo: mire lo que le ha pasado a Pastora Soler y a Sabina.

No te creas, alguna que otra vez yo también he tenido algún mareo en el escenario. A Sabina le respetamos muchísimo. Y hay que reconocerle el esfuerzo al gran maestro: es uno de los grandes que tenemos en España. Aquí en seguida se tiende a criticar, pero es complicado subirse a un escenario. Los riesgos encima de un escenario se multiplican. Si uno tiene un mareo en su trabajo, se para y se sienta un ratito. Pero eso en el escenario no se puede hacer. En el escenario te enfrentas al pánico, al ridículo... son lugares muy complicados. Hay que tenerlo en cuenta.

De lo contrario, un escenario sería como una oficina...

No creas, al final se convierte también en algo rutinario. En algo que sabes hacer y donde se sientes cómodo. Pero en el momento en el que pasa algo, el escenario es mucho peor que otro sitio, aunque no si eres un bombero, claro. Los escenarios ejercen mucha presión. Te está mirando mucha gente y eso te afecta.

¿De qué se siente más orgulloso de toda su carrera?

De las amistades que hemos cosechado. Cuando vamos de gira, parece que vamos a visitar a los amigos. En veinte años hemos hecho un montón de amistades que hemos visto crecer. Y ahora muchos de esos amigos vienen con sus hijos a los conciertos. Eso es algo alucinante: formar parte de la vida de la gente. Y que la gente forme parte de nuestra vida.

¿Se han cumplido sus sueños?

Sí que hay mucho de sueño cumplido y también de sueños que se están cumpliendo, porque ahí seguimos. Ahora estamos planificando el nuevo disco, componiendo canciones.... Lo cierto es que este trabajo es alucinante. Es un gran trabajo.

¿Se ve otros 20 años con el mismo ímpetu?

Sí. Claro. El ímpetu dependerá de la forma física. Además, somos jóvenes para el rock. Mira los Rolling Stones, que son unos señores con setenta tacos y ahí siguen. A nosotros nos quedan treinta para llegar a eso.

La gran diferencia es que Jagger y los suyos son multimillonarios desde sus comienzos. ¿Se puede vivir dignamente de la música en España?

El músico en España, cosa que no ocurre en otros países, se ve como alguien que hace música porque le gusta y no se considera que lo que hace es un trabajo. Tendrán que cambiar muchas cosas para que se normalice la profesión del músico.

Montoro ha dicho que aunque le gustaría bajar el IVA, no lo va a hacer por ahora.

No quiero habla de política. Creo que todo está más que dicho en este país. Sólo espero que el que haga la pague y que cambien las cosas. Es mentira que estemos mejor. Nos han robado y engañado demasiado. Y espero todo esto cambie.