El texto es una adaptación de Pedro Víllora sobre la novela Insolación de Emilia Pardo Bazán, escrita a finales del siglo XIX y que resultó ser todo un escándalo para la moral de la época, a tal punto de tildarla de pornográfica. La autora gallega le da vida y pasión a la marquesa viuda de Andrade, Francisca de Asís Taboada, quien proveniente de Galicia está afincada en el Madrid de 1880, donde las tradiciones y costumbres de la aristocracia y la alta burguesía controlan y dirigen los comportamientos y el buen hacer de las damas nobles, en un clima asfixiante de reglas y cortesía. En ese contexto social de apariencias, misas diarias, salones y tertulias, Asís conoce a Diego Pacheco, un muchacho andaluz de buena cuna, locuaz, mujeriego y atrevido, por el que se siente atraída y que la arrastrará a un nuevo mundo de sensaciones y emociones casi prohibidas para ella.

Durante los seis días que dura la acción somos testigos de los devaneos de la protagonista, interpretada por María Adánez, quien acepta o rechaza al joven enamorado, departe cordialmente con el otro caballero que pretende su mano, o tiene rencillas con su criada. La actriz Pepa Rus se desdobla para darle cuerpo a la criada solícita, a la duquesa de Sahagún que da pie al encuentro entre los enamorados, o a una ocasional ventera, todos roles con alarde de gestualidad y comicidad. El lenguaje es florido, irónico y de mucho humor, con todos los modismos y regionalismos propios de cada personaje. José Manuel Poga hace gala de todo su acento andaluz en la composición de Diego Pacheco. Chema León completa este elenco con su atildado y estricto señor Gabriel Pardo. Hay escenas de gran belleza plástica con efectos lumínicos, como los paisajes abiertos. El desarrollo general es entretenido pero algo lento. Finalmente Asís se deja llevar por el calor del sol pero no vemos su fuerza feminista.