La noticia fue una de las más comentadas del año pasado, especialmente entre los seguidores de la música sintetizada: John Carpenter, el famoso director de cine de terror, debutará discográficamente en febrero de 2015 con un álbum titulado Lost themes, que contiene nueve temas inéditos y que editará el prestigioso sello Sacred Bones. En realidad, el cineasta cuenta con varios discos en el mercado, que recogen las bandas sonoras que ha creado a lo largo de su trayectoria (mayoritariamente, junto a Alan Howarth), y aunque ha declarado en numerosas ocasiones que no se considera compositor (admite que su método consiste, básicamente, en la improvisación de melodías), lo cierto es que las notas que ha sacado a su sintetizador son tan célebres como las imágenes a las que acompañan, auténticos hitos del cine de género.

Lo curioso del caso es que Carpenter comenzó a componer por necesidad. «Montamos La noche de Halloween sin música. Y me encontré con el problema de la falta de presupuesto», explicaba en una entrevista. «Entonces busqué una música que fuera a la vez simple, económica y eficaz. Me acordé de un ritmo de 5x4 que mi padre me hizo aprender al piano cuando era joven. Lo reelaboré y le añadí algunos efectos sonoros. Pienso que el aspecto repetitivo y minimalista de la melodía permitió aumentar la tensión de las imágenes».

Nacía así uno de los temas más famosos del cine de terror, lejanamente inspirado en el pasaje de Tubular Bells (Mike Oldfield) utilizado en El exorcista y definitorio del estilo de Carpenter a la hora de elaborar partituras para sus películas: sintetizadores, minimalismo y repetición obsesiva. Son los elementos que ya había utilizado en Asalto en la comisaría del Distrito 13, cuya banda sonora está basada en variaciones sobre un mismo tema principal, y que volverían a funcionar en 1997... Rescate en Nueva York, dos títulos que cimentaron su notoriedad entre los aficionados a la música electrónica de finales de los setenta y principios de los ochenta.

Posteriormente, y tras firmar los scores de Halloween III (con algunos temas directamente influenciados por Tangerine Dream) y El príncipe de las tinieblas, John Carpenter daría un giro a sus bandas sonoras a partir de Están vivos, donde se decanta por las guitarras y los cortes inspirados en el blues. Y aunque los sintetizadores siguen teniendo protagonismo en El pueblo de los malditos, la presencia como coautor de Dave Davies (The Kinks) decanta también el resultado final hacia las guitarras.

Tampoco resulta extraño, ya que hacia finales de los años setenta Carpenter formó el grupo The Coup de Villes, donde tocaba la guitarra y cantaba, acompañado de dos estrechos colaboradores: Tommy Lee Wallace (guitarra), que dirigió la secuela de La noche de Halloween, y el guionista Nick Castle (teclados). En 1986 grabaron un misterioso álbum titulado Waiting out the eighties que, sin embargo, no ha visto la luz hasta la fecha.

Con el paso de los años, las composiciones de Carpenter para sus primeras películas han alcanzado categoría de culto gracias a la atención que han prestado a sus bandas sonoras músicos de diversa procedencia. Por ejemplo, el americano Matt Hill, conocido artísticamente con el sobrenombre de Umberto, que en álbumes como Prophecy of the black widow ha mostrado su devoción tanto por Carpenter como por otros compositores de soundtracks del género terrorífico.

Versiones

No es un caso único. En 1986 Afrika Bambaataa grabó Bambaataa’s Theme (Assault on Precint 13), donde versionaba el tema principal de Asalto en la comisaría del Distrito 13. Y Aidan Moffat, vocalista de Arab Strap, grabó en 2002 un EP titulado genéricamente Halloween, bajo el seudónimo de Ben Tramer (uno de los personajes del filme). El disco incluía tres versiones en clave techno de otros tantos cortes pertenecientes a la banda sonora de la película.

Sin duda, la aparición de Lost themes (anticipado con la ya disponible Vortex), un disco que ha grabado con la ayuda de su hijo Cody (con proyecto propio: Ludrium) y Dan Davies (hijo de Dave y líder de Year Long Disaster), reavivará el interés por la faceta musical del cineasta.