­El barítono malagueño Carlos Álvarez cantará hoy en el famoso Baile de la Ópera de Viena con un objetivo claro: animar a divertirse y a disfrutar de la vida a los asistentes a una fiesta cuya esencia él compara con una feria andaluza. «Eso es una extrapolación perfecta de lo que sucede en la Feria de Abril en Sevilla o en la Feria de Málaga en agosto», explica el cantante. Álvarez cuanta que hace ya años asistió a otro baile, el de los filarmónicos de Viena, y que lo que se ve es a gente bebiendo, comiendo y bailando. «Lo que pasa es que en vez de tener una sala tan preciosa como puede ser el Musikverein o tan impactante como es la Ópera de Viena, pues lo que tienes es una caseta adecuada a las circunstancias, pero en lo fundamental es exactamente lo mismo», defiende.

Más allá del escenario, Álvarez asegura que el ambiente en los típicos bailes vieneses, que se celebran principalmente en enero y febrero y entre los que destaca el de la Ópera, responde al mismo deseo de diversión que el carnaval. De hecho, la pieza que el barítono interpretará, el aria Finch´han dal vino, calda la testa de la ópera Don Giovanni, de Mozart, es, en sí misma, un canto a la diversión y al exceso carnavalesco. «Don Giovanni es un canto a la libertad, fundamentalmente. En este caso es una invitación también a la diversión y creo que es una elección muy adecuada para poder abrir el acto», reconoce Álvarez.

Aunque el malagueño se siente como en casa en la Staatsoper -justo este año celebra el veinte aniversario de su debut en esta casa- el artista reconoce que actuar ahí conlleva siempre una gran responsabilidad. Un equilibrio que calificó como de «susti-gusti», parafraseando a cómo describió su paisano el actor Dani Rovira el sentimiento de presentar la gala de los Premios Goya. «La verdad es que siempre es un placer, yo me siento como en casa aquí en Viena. Si tuviera que elegir una casa de ópera donde permanecer, sería aquí. Y, claro, eso lleva añadido una responsabilidad, no sólo por el trabajo, sino también por la expectativa que se crea en el público», cuenta el barítono.