­Si como bien dijo Dani Rovira en la pasada ceremonia de los Goya, el cine español ha contribuido a la recuperación de nuestra economía aportando en 2014 más de 27 millones de euros a «los orcos (sic) del Estado», no está de más señalar que buena parte de estos emolumentos llegaron a través de producciones andaluzas. El acento andaluz fue el más escuchado durante la gala por muchas razones, entre ellas, una exclusivamente económica: dos de las películas que más tiraron del carro de la taquilla, El niño (con 16 millones recaudados) y La isla mínima (con 6,5 millones), ambas andaluzas, aportaron cerca del 20% de la recaudación anual, cifrada en 130 millones. Y si nos detenemos en el apartado artístico, también el cine andaluz parece vivir una edad dorada, ya que 16 de los 25 Goyas entregados -sin contar el de Antonio Banderas- fueron para trabajos o artistas de Andalucía: La isla mínima se llevó diez premios; El Niño logró cuatro, y los dos restantes se los llevaron Dani Rovira, actor revelación por su papel en Ocho apellidos vascos, y Curro Sánchez, que se alzó con el premio a mejor documental por Paco de Lucía: la búsqueda.

Ante tales datos, nadie puede poner en duda la excelente salud de la que hoy goza el audiovisual andaluz, algo que también se refleja en la cantidad de profesionales malagueños del sector que han visto cómo sus agendas se llenaban de proyectos. «Gracias a las producciones andaluzas se está descubriendo el potencial que se tiene, tanto a nivel interpretativo como técnico», destaca el actor malagueño Joaquín Núñez, que recibió un Goya por su trabajo en el filme Grupo 7, el anterior filme del director de La isla mínima, Alberto Rodríguez. Del mismo modo piensa Enrique García, realizador de 321 días en Míchigan, una cinta cien por cien malagueña que fue galardonada en el pasado Festival de Málaga Cine Español y en los Premios del Cine Andaluz. «Estamos viviendo un momento privilegiado y cubriendo un hueco que antes sólo cubrían otras comunidades, principalmente Cataluña y Madrid», destaca García, que igualmente menciona el importante papel que realiza el Festival de Málaga en el impulso del audiovisual en la ciudad. «El Festival desarrolla una apuesta exclusiva para los creadores locales, y eso ha creado un tejido. Debo confesar que yo me he hecho director obligándome cada años a participar en la sección de videocreación de Málaga. Y creo que eso es de agradecer».

El máximo responsable del certamen malagueño, Juan Antonio Vigar, sostiene que el cine andaluz camina hacia una «cierta consolidación industrial», apoyada, fundamentalmente, en el «enorme talento de nuestros creadores». «Deberán llegar más ayudas al sector, nuevas normativas que lo incentiven y una reducción de la carga fiscal que soporta actualmente, pero durante estos últimos años siempre he mantenido que, en tiempos tan difíciles en lo económico, el talento y la creatividad serían los auténticos motores de la recuperación del cine español. No me equivocaba y así ha sido». Razón no le falta: la nómina de actores y directores andaluces que se han sumado a la nómina de la cinematografía nacional es considerable: desde Paco León y sus Carminas a Antonio de la Torre, Inma Cuesta, Dani Rovira, Alfonso Sánchez, Ramón Salazar, Manuel Martín Cuenca, Paco R. Baños, Santiago Amodeo, Antonio Hens...

De entre estos nuevos rostros destaca el de la veterana actriz malagueña Mercedes León, candidata al Goya por su participación en La isla mínima, que ha supuesto su primer trabajo en cine: «En Andalucía tenemos profesionales como la copa de un pino. Antes, el cine andaluz se tenía como el cine de la pandereta, y no es así: Benito Zambrano abrió una brecha hace diez años con Solas y ahora Alberto Rodríguez ha vuelto a hacer que confluyan la calidad y el favor del público».

Los dos largometrajes de Paco León (Carmina o revienta y Carmina y amén) se estrenaron en el Festival de Málaga, donde también se presentó el primer teaser de La isla mínima y por donde tantas y tantas producciones andaluzas y malagueñas han pasado; lo que lo ha convertido en un motor y una referencia para los profesionales del sector. «En el Festival de Málaga llevamos dieciocho años trabajando para promocionar el cine español, pero también para que la industria audiovisual malagueña -y por extensión, la andaluza- se desarrolle desde el encuentro y el diálogo con el conjunto del sector. Sin duda, eso ha favorecido el desarrollo de proyectos cada vez más interesantes y con más calidad de nuestros creadores, fundamentalmente desde las oportunidades de encuentro y negocio surgidas durante la celebración de cada nueva edición del Festival», sostiene Vigar. No lo entiende así la Junta de Andalucía, que a día de hoy, y pese a las promesas de Susana Díaz, no cuenta con una partida económica destinada a apoyar al certamen.

El malagueño Salva Reina, que fue premiado en el Festival de su ciudad por su papel en 321 días en Míchigan, y que encarna a un personaje de peso en La isla mínima, confiesa que este boom del cine andaluz está «poniendo de manifiesto el talento y la profesionalidad de todos los que hacen cine en Andalucía». «Aquí hay mucho arte, aunque nos falta oficina. Espero que a nivel institucional sepan aprovechar el impulso de esta industria que tantos puestos de trabajo genera y que tan buena imagen ofrece de Andalucía».

Actores y directores son sólo la parte visible de una industria en la que los técnicos, desde los productores hasta los responsables de iluminación y sonido, son el factor determinante. «El tejido industrial de verdad lo crean los técnicos. Y cuanto más profesionales haya, más fácil será que las producciones venga a Andalucía a rodar», opina el director de fotografía malagueño Alberto Centeno, que considera clave que se potencie la formación de estos profesionales. «Es cierto que el sector audiovisual está creciendo en Andalucía, pero no hay que darlo todo por hecho: quedan muchas cosas, entre ellas la creación de una escuela», remarca.

Rodajes

Los datos que ofrece la oficina municipal de rodajes, Málaga Film Office, confirman el buen momento por el que pasa la actividad audiovisual en la provincia, en la que durante el 2014 se realizaron 153 rodajes, lo que supuso una inversión de casi dos millones. Actualmente, la producción Toro, con Mario Casas y Luis Tosar como protagonistas, se rueda en Málaga y cuenta con numerosos técnicos locales, entre ellos el director de sonido Antonio Sánchez. También Antonio Banderas ha manifestado su interés en que sus próximas producciones, como ya ocurrió con El Camino de los ingleses, salgan de su tierra.

El respaldo de los pasados premios Goya al cine andaluz no fue casual: el sector está en plena expansión y tiene sobre la mesa - a la vista está-?un futuro envidiable.

Isa SánchezGuionista

«En Andalucía, como en cualquier región periférica, siempre ha habido un déficit de organización y coordinación; de industria, en definitiva. Espero que se aproveche este momento para crear un tejido, cosa que nos vendrá bien a todos», señala Sánchez.

Paco InestrosaActor

Inestrosa, uno de los rostros malagueños de La isla mínima, rechaza hablar de una industria cine andaluz en particular y asegura que lo que está ocurriendo «no es más que un movimiento dentro de la cinematografía nacional, pero no algo particular de Andalucía».

Salvador ReinaActor

«Este boom está poniendo de manifiesto el talento y la profesionalidad de todos los que hacen cine en Andalucía. Aquí hay mucho arte, aunque nos falta oficina. Espero que a nivel institucional sepan aprovechar el impulso de esta industria que tantos puestos de trabajo genera».

Enrique GarcíaRealizador

«Estamos viviendo un momento privilegiado y cubriendo un hueco que antes sólo cubrían otras comunidades, principalmente Cataluña y Madrid», afirma el realizador del largometraje, 321 días en Míchigan, una producción cien por cien malagueña.

Juan Antonio VigarDirector del Festival de Málaga Cine Español

«Creo que la situación del cine andaluz y, específicamente, del malagueño es buena y esperanzadora. Aunque, para mí, lo verdaderamente importante es que progresamos hacia una cierta consolidación industrial a partir del enorme talento de nuestros creadores».

Mercedes LeónActriz

«En Andalucía tenemos profesionales como la copa de un pino. Antes, el cine andaluz se tenía como el cine de la pandereta, y no es así: Benito Zambrano abrió una brecha hace diez años con Solas y ahora Alberto Rodríguez ha vuelto a hacer que confluyan la calidad y el favor del público».

Joaquín NúñezActor

El intérprete malagueño Joaquín Núñez, que en 2013 recibió el Goya a mejor actor revelación por su trabajo en el filme Grupo 7 , sostiene que «gracias a las producciones andaluzas se está descubriendo el potencial que aquí se tiene, tanto a nivel interpretativo como técnico».

Alberto CentenoDirector de fotografía

«Es cierto que el sector audiovisual está creciendo en Andalucía, pero no hay que darlo todo por hecho: quedan muchas cosas, entre ellas la creación de una escuela», sostiene Centeno, formado en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña.