Después de musicalizar hace tres años la vida y obra del matemático Alan Turing en Un dígito binario dudoso, el dúo (Carlos Ballesteros y Genis Segarra) nos trae ahora este collage musical que lo mismo le canta a Liz Taylor, adapta a Terenci Moix, o a los dúos y, en definitiva, es todo un manifiesto artístico que nos recuerda que otros mundos inteligentes son posibles cuando hablamos de música pop ilustrada.

El nuevo disco de Hidrogenesse se titula Roma. ¿Qué os decidió por ese título? ¿Qué queréis dar a entender con ese título?

Roma resumía perfectamente el carácter caprichoso y cambiante del disco, con canciones que han pasado por muchas fases a lo largo del tiempo que hemos tardado en completarlo. En Roma puedes ver en un paseo diferentes épocas y estilos amontonados unos encima de otros.

¿De qué se habla en Roma? ¿Cómo definís este disco?

En Roma se habla de muchas cosas diferentes, pero quizás, mirándolo con un poco de perspectiva, de lo que habla es del paso del tiempo, del pasado, pero también del presente y del futuro.

Leo que la idea era hacer un «homenaje a las ruinas y los restos arqueológicos» ¿Qué es lo que os atrae de las ruinas? ¿Es eso de lo eterno frente a lo efímero? ¿Qué significado tiene para vosotros la posteridad?

Nos gustan las cosas viejas, los grupos o directores de cine con carreras largas. Pero sin darle al asunto un carácter trascendental, las cosas viejas pueden entretener y ser más divertidas que las cosas nuevas.

Se trata de un disco con canciones escritas en diferentes épocas. ¿Tienen alguna unidad?¿Qué os propusisteis con este disco?

Nuestros discos siempre son muy variados de temas, tempos y sonidos, así que la unidad del disco se la ha dado el propio tiempo. Nuestra intención en estas canciones era alejarse de las estructuras típicas de canción pop, dejar que la canción se explayase, se extienda o se contraiga.

Las canciones parece que tienen un tono más teatral. ¿De dónde os viene esa fascinación por el pasado? ¿Las cosas antiguas os parecen más divertidas que las modernas?

Hubo un momento en el que decidimos dejar de preocuparnos por que nuestras canciones parezcan canciones. Mucho mejor si parecen proclamas, letanías, obras de teatro o cualquier otra cosa.

¿De qué habláis en A los viejos? ¿Qué significado tiene para vosotros el concepto «viejo»?

En A los viejos hablamos del futuro, de lo que nos espera, pero también queremos recalcar que nuestra generación tiene mucha suerte porque tenemos unos viejos muy guays. Es una forma de celebrar gente como David Hockney, como Jacques Rivette, gente que han hecho y hacen cosas muy chulas. No estamos muy seguros qué tipo de viejos tendrán los niños que nacen en 2015. Sus viejos seremos nosotros, nuestra generación. Deberíamos espabilar.

Hay una frase en Roma que dice «grupos que nunca se separaron, grupos que nunca se separarán» ¿Es una autorreferencia?

No exactamente, es una aspiración, un ideal, una obviedad absurda que dicha así, gritando, en medio de una canción, parece una consigna.

Roma no se hizo en un día. ¿Qué ocurrió para que Roma sufriera tanto retraso?

Diferentes cosas nos han hecho ir aplazando este disco: llevar el sello, hacer conciertos, hacer el disco homenaje a Alan Turing en el centenario de su nacimiento, o producir los discos de Lidia Damunt, de Espanto y de Single. Otras veces la causa del aplazamiento era el propio disco. Nos ha costado darle la forma ideal a la canciones, acabar las letras y conseguir un sonido que nos gustara.

¿Qué os llama la atención de este científico? ¿Qué os ha parecido el indulto a título póstumo que el gobierno británico le concedió?

Nos llamó la atención su gracia, su sentido del humor mezclado con esa sinceridad loca y literal de persona extremadamente lógica. Leyendo cosas sobre él o escritas por él no dejabas de pensar que era un tipo genial.

Moix es uno de los gérmenes de Roma, ¿Cuando fue compuesta? ¿Por qué una canción sobre Terenci Moix?

Casi todas las canciones de Roma las escribimos o empezamos a escribir en 2009. Le dedicamos una canción a Terenci porque siempre nos ha parecido genial. Nos encanta su manera divertida y sensible de cuestionarse las cosas y enfrentarse a la realidad, y su escapismo fabuloso, hacia el antiguo Egipto, hacia la edad de oro de Hollywood, esos viajes al pasado, a lugares míticos y lejanos para escapar de la realidad.

Se aprecian algunos guiños cinematográficos (Moix, Elizabeth Taylor, El hombre de barro). El cine, más concretamente Hollywood, ¿ha sido muy inspirador para vosotros?

Queríamos hacer canciones sobre ruinas, tumbas, momias, faraónicas, pero nos dimos cuenta que todo era Hollywood, que lo que nos gusta es la representación de todo eso. Curiosamente, la única canción inspirada directamente por una película es todo lo contrario a Hollywood: Escolta la Tempesta se nos ocurrió viendo una película de Bresson.

Elizabeth Taylor fue escrita y estrenada cuando aún estaba viva. ¿Cómo surge esta canción?

Cuando nos enteramos de la muerte de Michael Jackson, lo primero que se nos vino a la cabeza fue Elizabeth. Ella había sobrevivido, una vez más, a un ser querido.

Hay una referencia a Álvaro Pombo en Aquí y ahora. Ya había aparecido en el libreto de Animalitos. ¿Qué destacáis de su obra como escritor y de su persona?

Álvaro Pombo es muy importante para Genís, porque lo leía mucho de adolescente y le influyó mucho. Como en el caso de Terenci, primero fue descubrirle como personaje, en la televisión, y luego leer sus libros.

En vuestras canciones suele apreciarse una crítica social de trasfondo. ¿Es de manera consciente?

Todas nuestras canciones parten de la realidad, de observar las cosas que pasan a nuestro alrededor, las cosas que nos gustan y las que no nos gustan. No tendría ningún interés contarle a la gente nuestras intimidades. Es mucho mejor compartir nuestra visión del mundo, del presente, y ofrecer vías de escape, críticas o cómicas.

Habéis comentado que Dos tontos muy tontos es una apología de los dúos musicales. ¿Es el formato ideal?

El dúo nos parece la perfección. Tiene lo bueno de no estar solo y tiene muy poco de lo pesado que es estar rodeado de gente y tener que opinar y tomar decisiones en grupo.

Resulta curioso que hayáis titulado Siglo XIX una canción que habla del futuro. Lo veis muy optimista. ¿Todo será como queramos?

Es el optimismo de progreso que existía a finales del siglo XVIII y que periódicamente aparece haciendo que los hombres vuelvan a fiarse de los hombres. Mucha gente pensaba y confiaba que con la razón el hombre iba a conseguir que la justicia y la humanidad mejoraran. Nos gusta y nos da envidia ese optimismo, esa fe en la humanidad, aunque no podamos compartirla.