El Premio Nobel Günter Grass, fallecido este lunes, fue un escritor comprometido con su tiempo, pero tanto por su obra como su posicionamiento público sobre determinados asuntos y por episodios de su vida, se vio muchas veces envuelto en la polémica.

Juventud en las SS

Una de las controversias que más polvareda levantó fue la de su relación con las SS en su juventud. Según reveló en una primera autobiografía, 'Pelando la cebolla' (2006), Grass se alistó a los 17 años en una unidad de las SS. Según él, en ese momento se dejó seducir por el nazismo. Además, en ese libro se le acusa de señalar de forma velada al Papa Benedicto XVI como compañero de huida al final de la guerra.

Pese a la trayectoria posterior de Grass, su revelación hizo que surgiese una corriente que le tildó de nazi y pidió que se le retirara el Premio Nobel ganado en 1999.

Contrario a la reunificación alemana

Günter Grass rechazó la reunificación alemana en varias ocasiones, lo que originó una gran oleada de críticas desde los sectores más progresistas.

Compromiso literario

Como escritor comprometido, Grass defendió a los escritores perseguidos, por ejemplo a Salman Rushdie, y pidió a las autoridades de su país que sancionaran al Gobierno de Irán por la condena a muerte del autor de 'Los versos satánicos'.

Críticas a su Gobierno

Fiel a su actitud, criticó con dureza en 1997 el suministro alemán de armamento a Turquía y la denegación de asilo al pueblo kurdo.

Controversia con el Gobierno de Israel

A comienzos de abril de 2012 publicó el poema 'Was gesagt werden muss' ('Lo que hay que decir'), en el que Grass acusaba a Israel de poner en peligro la frágil paz mundial con su potencial atómico, así como de plantearse un ataque a Irán capaz de aniquilar a su población.

La reacción del gobierno israelí fue declarar a Grass 'persona non grata', acusarle de antisemitismo y recordar su confesión de que a los 17 años había servido en las Waffen-SS.

Medios de comunicación

Las peleas de Grass han sido siempre viscerales y el escritor no las archiva fácilmente, como se ve en el hecho de que durante tres décadas se negó a darle declaraciones al diario Bild y a los otros medios del grupo Springer debido a la campaña que hicieron en su momento contra el escritor Heinrich Böll.