A mediados de los noventa, mientras el mundo se rendía a los pies de Oasis, Blur y Ocean Colour Scene, los chicos de Placebo decidieron tomar un nuevo camino y estar presente en las habitaciones de esos jóvenes que no lideran pandillas, no salen en manada los sábados por la noche y suelen vestir de negro. Con su álbum homónimo de debut, en 1996, lograron ese objetivo, además de las simpatías de David Bowie. Hoy, tras ocho millones de discos vendidos y varios cambios en la formación, el cantante Brian Molko y el bajista Stefan Olsdal -los miembros fundadores- continúan al frente del proyecto. Placebo acude a Málaga el próximo sábado para presentar Loud like love, su nuevo disco.

El año que viene se cumplen 20 años del lanzamiento del primer álbum de Placebo. ¿Pensaban entonces que la banda llegaría tan lejos?

Comenzamos la banda cuando tenía diecinueve años. A esa edad eres muy joven y eres muy inocente. Además, tienes mucha energía y ninguna responsabilidad. Lo que queríamos era hacer grandes conciertos. Creo que todos los que empiezan quieren llegar a ser los más grandes del mundo.

¿Cómo ha vivido los cambios en estos años?

Creo que escribir canciones te hace mejor. Y creo que hacer música juntos durante veinte años ha cimentado nuestras relaciones.

¿Y cómo ve Placebo dentro de veinte años?

Uf, no lo sé. Yo me veo en un bar, detrás de un piano y sosteniendo un cigarrillo con la mano.

¿Considera que Loud like love es el mejor álbum de la banda?

Sí. Para mí lo es. Los otros discos tienen su propia identidad y tengo mi propia relación con cada uno de ellos. Pero creo que en Loud like love exploramos mucho sobre el sonido del rock.

¿Creen haber encontrado ese sonido que andaban buscando?

Creo que encontramos la producción que queríamos tener. Y entendimos mucho sobre la tecnología, tanto en la electrónica como en las guitarras, que mejor se adaptaban al sonido que define nuestra identidad.

¿Escribir canciones le resulta un proceso doloroso?

Bueno, puede serlo. Sobre todo cuando entran en juego las emociones. También te creas expectativas y uno nunca sabe... Ahora, durante la gira, cuando interpretamos los temas nos resulta muy satisfactorio. Ése es el gran poder de la música, que transporta a ti y a la gente a otro estado de conciencia.

¿Cómo es trabajar con el malagueño Miguel López (Digital 21)?

Nos conocemos desde hace casi veinte años. Y hemos colaborado en el pasado, en el Sònar, por ejemplo. Compartimos nuestra música. Es toda una experiencia compartir este proyecto de Digital 21. Y estar juntos en Málaga va a ser genial, seguro que va a ser una noche muy especial.

¿Necesita expresar su música fuera de Placebo?

Siempre tengo que tener proyectos. La música es algo que no elegimos: es ella la que nos elige a nosotros.

España es un país que conoce bastante bien, así que sabrá sobre la situación política que vivimos...

Sí, he pasado mucho tiempo en España, pero sobre política sólo conozco un poquito. Ahora habéis tenido elecciones... Podríamos hablar de cómo funciona la democracia, pero esa es una larga conversación...

¿Sabe que para comprar un disco de Placebo o una entrada para sus conciertos los españoles pagamos un 21% de impuestos?

Creo que ser político es un trabajo duro y que los políticos, tanto en España como en Inglaterra, no hacen bien su trabajo.