El próximo 9 de junio, los fans españoles de los Rolling Stones tendrán una doble alegría: sus "satánicas majestades" reeditan su mejor álbum "Sticky fingers" (1971), y con doble portada, la original -con la famosa bragueta de Wharhol- y la que autorizó la censura franquista: unos dedos en un bote de melaza.

La discográfica Universal Music pondrá a la venta en España este especial álbum en forma de doble vinilo que incluye una nueva edición remasterizada de los diez temas originales del disco, además de material inédito, fotos, postales y algunas "joyas" irrepetibles.

Joyas como una versión acústica de "Wild Horses" (que estrenaron en abril para "calentar" el mercado), otra de "Brown Sugar" con Eric Clapton a la guitarra; grabaciones de estudio inéditas de "Bitch", "Can't You Hear Me Knocking" y "Dead Flowers", o el CD extra con cinco temas del concierto que dieron en el Roundhouse de Londres en 1971, "Honky Tonk Women" y "Midnight Rambler" entre ellos.

Considerado uno de los mejores trabajos de los Rolling, las canciones de "Sticky Fingers" respetaban los sonidos clásicos de la banda, rock, country, blues y rhythm and blues, pero las letras fueron todo un campanazo por su decidida defensa del sexo interracial y, sobre todo, de las drogas.

"Sticky Fingers" marcó también un hito por su portada, diseñada por el artista estadounidense Andy Warhol, rompedora tanto por el motivo -una entrepierna masculina embutida en unos vaqueros- como por la innovación de incluir una cremallera real en el cartonaje exterior que hubo que abrir porque dañaba el vinilo.

Fue toda una provocación, a la vez que una declaración de intenciones, que los españoles se quedaron sin ver.

Era 1971, y España vivía en pleno franquismo, con los censores funcionando a todo rendimiento. La portada original del LP fue considerada obscena y provocativa.

Pero de eso se trataba. La administración dijo entonces que la carátula era "ofensiva para la Iglesia Católica de España", por lo que se decidió comercializar aquel disco con una portada menos sexy, aunque, desde luego, mucho más inquietante: tres dedos de una mano femenina asomando de un bote de mermelada.

Quizá los censores fueron más inocentes de lo previsto o presumieron que podrían evitar que la traducción del título del disco fuese más allá (como era la intención de sus creadores) de los "dedos pegajosos" del mensaje, no precisamente por la mermelada.

Y lo más curioso es que se mantuvo, dentro del disco, una segunda fotografía de un hombre en calzoncillos -igualmente nada discreta- que servía de fondo a la lista con los nombres de los temas.

Se supone que el modelo que sirvió para la foto de los vaqueros fue el habitual de Andy Warhol, Joe Dallesandro, pero hubo elucubraciones para todos los gustos, aunque algunas, como que se trataba de la entrepierna del mismísimo Jagger, fueron desmentidas.

En esa portada apareció además por primera vez el logotipo de la lengua y los labios rojos diseñado por el inglés John Pasche, el símbolo de la banda británica, que fue precisamente quien diseñó la portada alternativa que llegó a España.

Por cierto, hubo otra intervención "creativa" de los censores españoles: el título del tema "Sister Morphine" ("Hermana morfina") fue sustituido por la animosa expresión inglesa "Let It Rock", lo cual ha terminado por convertir los vinilos españoles en auténticos objetos de deseo, aún hoy buscados por coleccionistas.

Los Rolling Stones ya reeditaron en 2011 el álbum "Some Girls" (1978), y en 2010 "Exile on Main St." (1972), con el que volvieron a colocarse en el número uno de las listas británicas 38 años después de su primera edición.

Hoy, con tres de sus cuatro miembros septuagenarios (y multimillonarios) -Mick Jagger, Keith Richard y Charlie Watts; Ron Wood tiene 67-, la banda británica se enfrenta a un mercado plagado de objetos virtuales y a un nuevo público de la edad de sus nietos que mira con fascinación esas extrañas polémicas que generaban, hace cuarenta años, unos pantalones apretados.